Un campeón por Córdoba. “El Conejo” acompañó el tour de la Copa del Mundo y recordó cuando dejó la Premier League inglesa para competir en la Liga Cordobesa.

Los tiempos cambiaron, está claro. La llegada de la Copa del Mundo a Córdoba, el miércoles pasado, fue una buena muestra de ello. “¿De qué cuadro sos vos?”, le preguntaba Luis Galván a un chico que, con entrada en mano, hacía la cola para ver el trofeo. “Del Barcelona”, le respondió el niño. “¿Y vos?”, “Del Manchester City”, contestó otro. El defensor campeón del mundo movió su cabeza y se resignó a la realidad del marquetinero fútbol de hoy.

Dentro del Orfeo, otro “prócer” del ’78, Alberto Tarantini, le contaba a Mundo D otra historia que, a su manera, también marcaba el fuerte cambio de los años.

“Yo dejé la liga inglesa y me vine a Talleres para poder jugar el Mundial ’82. Si me quedaba en el Birmingham no sé si me hubiesen convocado”, explicó “el Conejo” para justificar un pase que hoy sonaría a ciencia ficción: de la Premier League a la Liga Cordobesa sin escalas.

Tarantini debutó con la camiseta albiazul el 27 de abril de 1979, en un amistoso que la “T” igualó 0-0 con la selección de Bulgaria en el Chateau y, pocos días más tarde, jugó otro internacional, esta vez ante el Ajax de Holanda. Tiempos de un Talleres protagonista y, también, de la “plata dulce”.

–¿Cómo fue esa decisión?
–Se venía el ’82 y yo quería jugar otro Mundial. Talleres me ofreció una oportunidad de volver a un gran equipo para jugar un Nacional y tratar de ganarlo, algo que lamentablemente no se dio. Pero soy un agradecido a esta ciudad y a (Amadeo) Nuccetelli, que hizo muchísimo por el fútbol de esta provincia y del interior. Fue un presidente fabuloso, que me convenció para dejar Europa y venir a jugar a un equipo fantástico. Lo disfruté y pasé momentos buenísimos que no me voy a olvidar nunca.

Campeón del Oficial. En la Liga Cordobesa, Tarantini fue partícipe del título del Oficial, aunque en el camino a la gloria hubo una inesperada derrota: 1-2 ante Palermo (hoy parte de Unión San Vicente) en la Boutique.

–¿Fue un abismo pasar de la liga inglesa a la Liga Cordobesa?
–(Piensa)... Resigné muchísimas cosas para venir a jugar acá, pero después de ver el final de la historia, estoy feliz y contento. La verdad es que ni me acuerdo los nombres de los clubes rivales, pero eran partidos con canchas repletas y nuestro equipo estaba lleno de campeones del mundo. Era fabuloso tener semejantes jugadores al lado y no me arrepiento de haber venido a jugar en la Liga Cordobesa. El fútbol de la República Argentina y del interior del país le tienen que agradecer a Talleres por lo que hizo. El fútbol argentino cambió a partir del fenómeno de ese equipo.

El presente. En la actualidad, Tarantini supervisa jugadores juveniles en Estados Unidos y, de cara al Mundial de Brasil, analiza una propuesta de la TV francesa para comentar el torneo.

“Creo en Argentina y espero que llegue a la final”, se entusiasma Tarantini. “Nos tocó una primera fase que deberíamos superar sin problemas para llegar bien a los cruces. Tenemos al mejor jugador del mundo (Lionel Messi) y esta bien rodeado. Me gustaría una final con Brasil, pero para salir campeones del mundo hay que tener equilibrio”, agregó.

–¿Nunca te sedujo la posibilidad de ser técnico?
–Soy entrenador, pero trabajé siempre con divisiones inferiores, porque no me divierte hacerlo con profesionales. Me gusta la formación y seguir la evolución de los chicos. De los campeones mundiales del ‘78, pocos pudieron incursionar como técnicos. Tal vez no estábamos preparados para una reconversión como se da ahora.

–¿Vas a la cancha?, ¿seguís algún equipo en particular?
–Como están dadas las condiciones actuales, no me gusta ir a la cancha. Vengo de una generación que iba a disfrutar, que podía cargar al que estaba al lado suyo, y no a pegarle un botellazo ni tampoco a matarlo. En estas condiciones no quiero ir. Lo sigo más por TV.

–Pudiste levantar la copa... ¿Hay palabras para describir eso?
–No. Sólo sé que en esa copa estamos los 25 millones de argentinos que jugamos aquel Mundial.