La T venció a la Lepra mendocina y revirtió su imagen. El DT, desde Rosario, confirmó que estará ante Huracán.

Está acostado. Pálido. Pero respira. Entonces cancelan las flores. Lo vuelven a acostar y esperan. Pero parece que esta vez está en las últimas. La B Nacional le da la extremaunción por segunda vez. Es el miércoles de la 17ª fecha ante Atlético en una derrota irritante. Arnaldo Sialle acepta la decisión de recibir el perdón por todos sus pecados. Y un comité decide si lo desconectan del respirador en las próximas horas. Pero nadie lo hace y esperan al día domingo. Paradójicamente, cuando cumple sus dos años como entrenador de Talleres. Dos años de permanencia en barrio Jardín, ascenso a esta B Nacional incluido entre su equipaje.

“Si tiene que ser, que sea de la manera más natural posible”, piensan. Entonces, en los días posteriores, preparan el borrador de su certificado de defunción. “Por razones de actitud del equipo y por falta de reacción”, dice el escrito. Solo falta la firma. Las cartas de agradecimiento por ese ascenso también están preparadas. Las flores azules y blancas para la despedida. Pero el fútbol, hecho a imagen y semejanza de muertes y resurrecciones, le da más vida que la esperada. Entonces, el facultativo de la pelota, lo pone ahora en terapia intermedia.

“Quedan cosas por vivir aún”, piensa Arnaldo Sialle después de que Nicolás Lamolina marca el final del partido ante Independiente Rivadavia de Mendoza. El final del triunfazo de Talleres por 3-1.

“Estoy convencido de este equipo, que puede dar mucho más que lo que ha dado hasta ahora. Sé que los muchachos se merecen mucho más que esto. Pero más que nada por el club, por el torneo, porque Talleres está bien y puede estar mejor en la tabla”, le dice Sialle a Día a Día.

Cacho se ríe cuando tira la frase que, en el post partido, aún en caliente repite en Radio Sucesos: “Hace tres meses que me están velando”. Lo dice como un chascarrillo. Una metáfora de esas tan comunes que tiene el fútbol. Pero el grandote banca esta parada pesadísima. “Yo estoy convencido de que este equipo puede dar más. Y ojo que no estamos tan lejos de lo que pensábamos: de 27 a 30 puntos en esta parte”, completa el DT albiazul.

Acá en Córdoba asiente Maximiliano Salas, el gerente deportivo de la T. “Es una base sobre la que nos queremos parar a fin de año. Pero el equipo debe tener una regularidad que no ha tenido”, admite.

Lo mejor es que Talleres ha salido de la zona de descenso, otra vez. “Es algo que no me importa en qué fecha estemos. Hay que mirarlo. Hay que estar pendiente. Y para mí es un alivio saber que el equipo no está en zona de descenso”, dice el directivo Ernesto Salum. Talleres acaba de ganarle a Independiente Rivadavia, equipo que venía 14 partidos invicto. Eso dice algo también. La reacción de la T también dijo otro poco. Era también una cuestión de actitud.

Y Cacho, ¿no estaba ido? Sialle tiene cuerda y lo salió a resaltar aún: “Estoy muy bien porque el médico me va a cambiar el yeso (tiene uno en toda la pierna izquierda después de su operación de tendón de Aquiles) y me va a poner uno más corto. Eso me va a permitir moverme más. Yo quería estar ante Independiente Rivadavia, pero me recomendaron que no. Pero contra Huracán voy a ir, ya estaré”, dice el técnico.

Si las cosas salían muy mal. Es decir, si era todo lo opuesto al juego de ayer, Ernesto Salum, Alberto Escalante junto con empleados de la institución podrían haber viajado hoy hacia Santa Fe para cerrar la desvinculación de Sialle de la T. Pero el club se ahorró tamaño problema, aunque por lo bajo algunos repiten: “No podemos estar confirmando al técnico en cada partido. Eso es improlijo”.

Ahora las cosas vuelven a cambiar y el sábado próximo, cuando el plantel viaje hacia Buenos Aires para el próximo partido de la T del lunes ante Huracán, la delegación albiazul en colectivo pasará por la casa de Arnaldo Sialle en Rosario (sí, es un hecho más que insólito) y levantará a Cacho para seguir rumbo a la Capital. Con sus muletas y posiblemente acompañado de su hijo Matías como “asistente” personal, Sialle estará embarcado para volver a dirigir al equipo.

“Si hoy (ayer) perdíamos dejábamos sin laburo a una persona. Y a eso lo sabíamos”, dijo Ezequiel Barrionuevo con honestidad brutal. “Cacho se merecía este triunfo, hace un par de días que venimos hablando y me alegro por él, por nosotros y por la gente de Talleres”, tiró Juan Pablo Avendaño, el capitán. Al pasar, con notable reflexión el profe Adrián Navarro pide un reconocimiento: “Lo de Chazarreta y Víctor (Heredia) ha sido la muestra del compromiso que tienen con Cacho, con el club y con este equipo”.

Sialle prende un faso en Rosario: “¿Cómo no voy a gritar los goles? Con el alma. Estoy muy contento por ellos (los jugadores). Y hasta podríamos haber ganado por más”. Sialle vive. Devuelvan el jonca. Escondan el maquillaje. No le compren más flores. Y que el último, antes de irse, apague las velas.

2 años Sialle en Talleres. El domingo, el entrenador cumplió dos años ininterrumpidos como técnico del equipo albiazul. Más que un logro.

Sialle y el momento. “Yo estoy convencido de que este equipo puede dar más. Y ojo que no estamos tan lejos de lo que pensábamos”.

Avendaño, el capitán. “Cacho se merecía este triunfo, hace un par de días que venimos hablando y me alegro por él, por nosotros y por la gente”.