Doble campeón con Boca de la Libertadores, ganador de la Intercontinental en Japón, regresó a Barrio Jardín para ayudar en la reconstrucción tallarín. "Mi mejor recuerdo es de cuando eliminamos a River" dijo. Claro, definió la serie de penales.

Entre aquellos 9 años de cuando llegó al Barrio Jardín Espinosa y estos 34 del retorno, demasiadas cosas pasaron en la carrera de Javier Villarreal. Apareció en la primera de Talleres como una de las grandes promesas del fútbol argentino, se cruzó a la otra vereda, tuvo un paso por el Villarreal de España y su llegada coincidió con los mejores momentos en la historia de esa inigualable caja de resonancia que es Boca.

Dos Copas Libertadores, una Intercontinental (aquella de Japón, contra el Milán), el Apertura 2003 lo tuvieron como pieza clave en el puzzle de Carlos Bianchi. Varias camisetas en el medio (de Argentina, Europa y Paraguay) hasta el retorno el invierno pasado a Córdoba, para contribuir con la resurrección de Talleres.

"Yo estaba en Paraguay, hacía muchos años que había salido de Córdoba y no lo pensé dos veces cuando se dio la posibilidad de volver a Talleres, el club que me formó de chiquito. Me dieron muchas ganas de poder darle una mano, lo hablamos con la familia, y me puse a disposición" confesó Villita, que además vistió la camiseta argentina en el Mundial Sub 20 de Nigeria 1999.

"Uno no lo hizo buscando reconocimiento. Salió de mí, porque Talleres es el club que me formó como jugador y como persona, y vi la oportunidad para devolver algo de lo que el club había hecho por mí, y lo tomo como un privilegio; estar ahora acá, buscando el anhelado ascenso al Nacional B" acotó.

Para el hombre que estuvo en la inolvidable noche oriental de Yokohama, poco difiere dentro de las canchas de un Argentino A. "Jugar en el potrero, con los amigos, en grandes estadios cambia el marco, las presiones, pero las ganas de jugar, el sentimiento, las ganas de ganar y la pasión son las mismas, y mi gran motivación es salir campeones y ascender" afirmó.

Talleres representa el poder de su historia, la convocatoria y un presupuesto inalcanzable para cualquier equipo de la categoría; Racing está en las antípodas. "Por Racing tenemos el mismo respeto que por todos. Sabemos que todos son partidos difíciles, y todos queremos ganar cuando jugamos a la pelota, independientemente de la situación de cada uno. Esperamos un partido difícil, que debemos ganar si queremos ascender" opinó.

"Cacho" Sialle, el DT de Talleres, no es de mostrar videos de los rivales a sus jugadores. "No hemos visto nada de ningún rival; sabemos cómo forman, la idea que tienen, pero nada más. No es una característica del técnico mostrarnos los videos, sino sustentar todo en lo que nosotros debemos hacer. ¿No juega Abán? Sin dudas que es un jugador importante, pero no sabía que no jugaba. Si faltan los jugadores importantes en un equipo no significa que el partido sea más sencillo para nosotros, pero si no está mejor" aclaró.

Boca fue el último tramo dela charla. "El fútbol me dio el privilegio de estar en muchos lugares, pero por ser hincha, y por lo que representa Boca es algo distinto a todo. Fue lo más importante de mi carrera, por lo que viví, por el técnico que tuve (Carlos Bianchi) y por los jugadores con los que compartí vestuario. Además por lo que ganamos, ¿no?" reveló.

Dentro de esa gloria cosechada, hay un momento especial que no fue vuelta olímpica, la noche que le tocó definir la serie de penales ante River en el Monumental. "Ganar dos veces la Libertadores y dar la vuelta es Japón son cosas muy lindas, pero esa noche en la cancha de River fue muy especial, supera a todo eso. Era una semifinal de Libertadores, sin hinchas de Boca, con tanta presión. Quedó para la historia y fue el mejor partido que jugué en toda mi carrera".

Para el cierre habló de su proyección, apegada al futuro de Talleres. "Primero que nada, el objetivo es ascender y si se da me gustaría seguir en el club, y soñar con volver a primera, que es el lugar que debe estar por historia y por convocatoria".