Aumentos. El presupuesto de fútbol de los principales clubes cordobeses creció de un 20 a un 30 por ciento respecto a la temporada pasada, admiten dirigentes de Belgrano, Instituto, Talleres y Racing. La migración es uno de los fenómenos.

“El aumento de las fichas de los jugadores con respecto a la pretemporada anterior ha sido de un 20 ó 25 por ciento”, dice Abraham Rufail, vicepresidente segundo de Belgrano.

“Tenemos un 30 por ciento más de presupuesto para el fútbol. Esto se ha convertido en una picadora de carne”, advierte Francisco Ruiz, uno de los vicepresidentes de Instituto.

“Todo se ha disparado hacia arriba. La inserción de River en la B Nacional elevó los valores en las categorías de ascenso. Y los costos se fueron a las nubes”, reconoce Rodrigo Escribano, titular del Fondo de Inversión que coadministra Talleres.

“Es muy difícil retener a los jugadores. Utilizan a Racing de vidriera y apenas se muestran un poco ya quieren irse.

Es complicado retener a los jugadores”, protesta Antonio Ruiz, presidente de Racing de Nueva Italia.

La contratación de casi 70 futbolistas para rearmar los cuatro planteles cordobeses es un ejemplo elocuente de la tremenda migración de estos hacia clubes que los seducen con ­más dinero.

La situación es curiosa: el fútbol argentino, sin grandes transferencias al exterior, exprime su propio mercado local quitándole al vecino su joya más preciada o sus jugadores que pueden ser funcionales a su proyecto futbolístico.

La manera es sencilla: la tentación de los pesos o de los dólares contantes y sonantes hace estéril o más complicada la gestión de los clubes para retener a sus principales figuras. La apuesta de ciertos clubes en ese sentido es muy fuerte. “No es casual la partida de (Diego) Lagos, (Alejandro) Gagliardi) y (Hernán) Encina a Rosario Central. Hay clubes que han hecho todo lo posible para reforzar sus planteles aunque teniendo mucha deuda acumulada de la temporada anterior”, dice Francisco Ruiz.

El mismo dirigente reconoce algún sueldo en Instituto del orden de los 90 mil pesos. Trascendidos indican que en el torneo anterior, entre la Gloria y el club que lo cedió a préstamo le abonaron a un delantero un sueldo que largamente superaba los 100 mil pesos.

Hay varios factores que han influido para que los valores se hayan elevado. Los futbolistas aprovechan la necesidad de algunos clubes de reforzarse para mejorar anteriores campañas y piden dinero que la lógica y la razón no reconocerían. De esas cifras se basan otros futbolistas o representantes para establecerlos en sus contratos.

“La llegada de River a la B Nacional disparó los precios”, dijo Escribano. Esa circuns­tancia se extendió al Torneo Argentino A. Este certamen, antes de la llegada de Talleres, tenía rasgos de amateurismo que se evaporaron. Sin cifras oficiales, las especulaciones establecen en 20 ó 25 mil pesos un buen contrato en el plantel que dirige Arnaldo Sialle.

La relación contractual entre clubes y jugadores en la actualidad es distinta a años ante­riores. Cuando no regía la ley “Bosman”, hasta se podía retener a un futbolista ofreciéndole durante dos años “apenas” un 20 por ciento de aumento en su sueldo. Y si había acuerdo económico antes de empezar la competencia, el futbolista podía permanecer en un club durante varios años.

La situación hoy es distinta. Instituciones y jugadores hacen un contrato a plazo fijo (uno, dos, tres años), al cabo de lo cual el deportista tiene la libertad de continuar la carrera en otra entidad. Esa coyuntura incentivó aún más la oferta y la demanda el mundo del fútbol.

Las repercusiones en los clubes más carenciados es evidente. “Racing puso en cancha a varios jugadores en el certamen pasado que tuvieron un buen rendimiento y se fueron. ¿Qué podemos hacer ante eso?”, dice Antonio Ruiz.

El directivo sabe que el presupuesto destinado al fútbol es limitado, pero advierte que el equipo siempre ha sido una vidriera para el progreso de los jugadores.Con pibes de 16, 17 ó 18 años que hacen sus primeros contratos en el orden de los 9 ó 10 mil pesos y jugadores que hasta llegaron a ganar un cuarto de millón de pesos por mes, las entidades de esta ciudad ruegan por buenas campañas y por rendimientos de futbolistas acordes al dinero que reciben.

La realidad demuestra que ni con el aporte de la televisión, de los auspiciantes, de los socios y de las recaudaciones algunas instituciones pueden mantener en orden sus presupuestos. Ya se sabe, Independiente debe cerca de 300 millones de pesos; San Lorenzo transita el mismo camino; River también es un gran moroso. Y la fila es extensa. En Córdoba los clubes deberán hacer un poco de magia y un gran esfuerzo para que sus economías no sean un gran problema.