Cuando varios de sus antecesores hablaron de ascenso, el flamante técnico de la T dijo que hay que ganar y que la cuestión del paso a paso y del proyecto “no existe”.

Arnaldo Sialle tenía un lugar muy reducido en el Mundo Talleres. Su imagen era la del tipo que condujo a Guillermo Brown de Puerto Madryn al 5-1 sobre Talleres en la Boutique de barrio Jardín, el 24 de abril pasado. Histórico para sus dirigidos (los que adaptó a un plan de tres delanteros), porque así se encaminaron al ascenso; histórico también para Talleres, porque nunca lo habían goleado así y porque lo dejaba al borde de la eliminación del nonanogonal, principio de otro fracaso que se consumó, tiempo después.

Sialle era el gigante que, tras semejante gesta, se subió al colectivo modelo 1992, que manejaba el padre de un jugador de Brown, sin pestañear y se acostó en la cucheta para recorrer los 1.200 kilómetros de vuelta. Humilde, pero concreto, fue la imagen que le mostró a Talleres. Ahora el ex zaguero de Newell’s y de Central Córdoba debe ser el técnico cuya misión será conducir a Talleres al ascenso, aquello que se exige minuto a minuto en barrio Jardín.

“Esto es muy dinámico. El fútbol argentino es muy demandante y hay poca paciencia. Empezamos a trabajar. Estamos con mucha expectativa y confianza. Somos concientes de la responsabilidad que tenemos. ¿Paso a paso? No. Talleres necesita ganar partidos. La necesidad es la de sumar triunfos. Sé lo que es Talleres. Esa cuestión del paso a paso, de que el proceso, el proyecto, no existe. Y menos en Talleres. Hay que ganar y trataremos de cumplir”, tiró Sialle, quien ya supo de las presiones del fútbol cordobés al ser ayudante de Dalcio Giovagnoli en Belgrano.

–¿Va por el ascenso?
–No. Primero hay que clasificar. Después vemos. Hay un plantel competitivo. Hay una institución grande y estamos a cuatro puntos de la clasificación. Si bien es una situación difícil, y por historia Talleres debería haber ganado más partidos, no es alarmante.

Con ese objetivo asumió Sialle y ya dejó su impronta en algunos gestos durante su breve estadía en la ciudad. Tras presenciar el 0-0 ante Tiro, “Cacho” llegó temprano a la Boutique, conoció su interior, tomó mate con utileros y auxiliares albiazules. Y tomó como ayudante de campo a dos tipos de la casa como Héctor Chazarreta (fue interino en Rosario) y Víctor Heredia, que están en el semillero. Luego se fue al predio y allí esperó a los jugadores.

“¿Qué les voy a explicar a los jugadores? Saben que hay que ganar para meterse entre los seis primeros. No es un discurso. Es una realidad”, cerró Sialle. Ni más ni menos.