Michael Etulain, héroe de Talleres ante Sarmiento de Leones por la Copa Argentina, cuenta su idolatría por el ex arquero de River. “Lo imitaba bastante pero no hago nada de él”, dijo.

Muchos lo miraban con desconfianza, con esa intranquilidad que se le otorga a los extraños desconocidos. Michael Etulain llegó a Talleres para cubrir el arco más grande del Argentino A y con la misión de llenar el vacío que dejaron Matías Giordano y Federico Crivelli, ambos devenidos a ídolos. Pero el golero uruguayo empezó a sumar porotos para ser considerado, atajando los dos penales decisivos ante Sarmiento de Leones. Sin mucho carisma y bien lejos del mundo mediático y las frases rimbombantes, Etulain cuenta su experiencia a PODIO con la filosofía que lo distingue. “Soy un hombre tranquilo, me mantengo ajeno a todo eso de lo escénico. Es mi forma de vivir el fútbol y la vida. Si te dejás llevar por las puteadas de los hinchas, llegás a tu casa y te querés tirar por el balcón”, reflexiona el golero uruguayo. ¿Comenzará a codearse con el “uruguayo, uruguayo”? “Si viene, bienvenido sea, pero no pienso en eso. Sólo espero sumar respaldo y transmitir seguridad a mis compañeros. Necesitaba fuerza anímica y sin duda, los penales me la dieron. Me ayudaron mucho las palabras del técnico antes de la serie”, sostuvo.

- ¿Siempre fuiste de atajar penales?
- Por suerte, a veces adivino. Me fue bien, en Oriente Petrolero en semifinales y finales de una Copa, tuve la misma suerte.

- ¿Quién es tu referente en ese puesto?
- De chico me gustaba el “Mono” (Germán) Burgos. Un arquerazo. Lo imitaba bastante pero no hago nada de él, solo colgarme del travesaño. Me encanta. Pero cuando empecé a ser profesional un técnico me dijo que hiciera mi propia identidad, dejé de lado muchas cosas, pero lo sigo admirando.

- ¿Sos consciente de que a Talleres todos le juegan a muerte?
- Sin dudas, estamos obligados a ganar. No importa la categoría, nos juegan a muerte, porque ante un club con historia, todos ponen un plus para ganarnos.

- ¿Te gusta Córdoba? ¿Te reconocen?
- Es una ciudad espectacular. La gente me saluda y me pide que ganemos. Encima tengo amigos hinchas de Belgrano, y eso es una presión para ascender (risas). Tengo compatriotas, como Alejandro Lembo y Ribair Rodríguez, a quien conozco de las inferiores de Danubio, aunque lógico, él es más joven (risas).