Talleres. Renunció como asesor y dijo que nunca favoreció a nadie desde su cargo.

No tiene rencor. A veces, en el fútbol, las tempestades quizás pueden ser luego apenas un oasis de tranquilidad. Víctor Binello habla de Talleres en “tiempo pasado”. Tras su alejamiento como asesor del Fideicomiso decidió hablar de su gestión. Y eligió a Día a Día, con soltura, aunque aún con reservas. “Yo empecé en octubre de 2009 hasta ahora, casi dos años y de verdad, pasó de todo”, dijo. Señalado como “el padre” del reciente fracaso en el Nonagonal, Binello lanza y lo repetirá: “Todas las decisiones que se tomaron se hicieron consensuadas”.

–Pasó agua bajo el puente.
–Yo hice un análisis y lo presenté al juez (Silvestre) de los dos primeros años. Con Maxi (Salas, que colaboró temporalmente con la Fundación Azul y Blanco) arrancamos y ordenamos todas las inferiores. Hoy falta el ascenso, nada más. El club está ordenado.

–¿Por qué se te atribuye ser el padre del fracaso deportivo?
–No sé, alguno se habrá querido desligar. Yo soy parte, no el único. Todo se consensuaba. Lo mío fue asesorar, como DT (Arzubialde) y jugadores. El Fondo y el Fideicomiso me consultaban. La relación fue buena siempre.

–¿Y qué desgastó la relación?
–Eso fue después, se armó el Comité (de asesoramiento deportivo) y se terminó desgastando cuando se disolvió (se fueron Diego Graieb y Luis Galván). El que no quería que me fuera era el juez.

–¿Y por qué te fuiste?
–Se cumplió una etapa. El año pasado arrancamos con 18 jugadores y se agregaron Zárate y Gonzalez Barón, además de los pibes Montes y Álvarez. Estoy convencido de que hay muy buenos chicos abajo, con mucho futuro.

–¿Y ahora?
–Iniciamos el torneo con 27 jugadores propios, histórico, y algunos chicos lo están demostrando.

–¿Qué injusticia sentís que hubo más con vos en tu gestión?
–Creo que me hicieron más responsable de lo que era. Depende el punto de vista. Repito. Inferiores, me hago cargo porque a Chazarreta lo elegimos Maxi (Salas) y yo. Y todos los nuevos DT de inferiores. Cuando llegó el Fondo dejamos todo armado. Hay un orden y logramos evitar fuga de chicos. En el fútbol profesional se me endilgó más de lo que me correspondía.

–O sea que sos culpable, no evadís la responsabilidad…
–No, para nada, por ahí me quisieron hacer más cargo y me correspondía igual que a todos.

–Y por ser amigo del empresario Luis Grillo (representante), ¿favorecías la contratación de jugadores de él?
–No. Para que quede claro, Grillo trajo tres jugadores de los 18 que eran del plantel. Yo asesoraba deportivamente, pero yo no contrataba jugadores. Nunca negocié un peso con nadie. Nunca hablé de números con nadie. Eso lo arreglaba exclusivamente el Fondo. Grillo trajo a Claudio Riaño, González Barón y Francisco Dutari. (Cristian) Zárate no era jugador de Grillo, sólo que participó en la contratación junto con Escribano. Algún mal intencionado tiró esas cosas.

–¿Nunca favoreciste ni alentaste la llegada de esos jugadores?
–Te repito. Nunca tomé decisiones económicas. Deportivamente hablábamos de todo. No voy a dar nombres, pero hubo cuatro jugadores que integraron ese plantel que yo no estaba de acuerdo y los trajeron. Hasta ahí llegaba yo. Yo asesoraba, esa era mi función. Y no evado mis responsabilidades.

–El objetivo era ascender…
–Y no se logró. Los técnicos eran también consensuados. La amistad es aparte y tuve que decirle a un técnico (Rebottaro) que se iba.

–¿Te hablaron del Fondo?
–Me llamó Rodrigo (Escribano), el juez, los fiduciarios. Por ahí he tenido discusiones con otras personas, pero no pasa de eso. Y no me corro de los errores.

–¿Y cómo te vas de Talleres?
–Me voy bien. Lo que se está valorando (en la Justicia) es que hoy el club tiene un gran capital y antes no lo tenía. Sentí que me involucraron más de lo que correspondía. En Talleres lo más difícil es asumir el no ascenso y eso quizás lo magnificó también.