Luego de la goleada de Brown, el plantel albiazul vive su hora más complicada. Jornada de reuniones, con mucha autocrítica, reflexión y una frase: “Vamos a darlo vuelta, somos Talleres y podemos lograrlo”, dijo Zárate.

Fue el día más difícil del año para trabajar. La goleada a manos de Brown se sigue asimilando, con impotencia, y con toda la bronca acumulada. Y también la vulnerabilidad, con un ambiente sensible. La práctica no fue a puertas cerradas, por el contrario, hubo varios hinchas presentes, de los que habitualmente se acercan, y no hubo que lamentar las indeseadas visitas de la barra, ésa que el jueves ingresó hasta el campo de juego, como si fueran inquilinos que se paseaban por su casa. De todas maneras, pese al contexto convulsionado que vive Talleres, hubo en el plantel lugar para la reflexión, la intimidad y sobre todo para la autocrítica. El semblante no era el óptimo, pero hay reservas para lo que viene.

La práctica fue sorprendida por la explosión de un petardo en la platea baja, motivando la intervención del personal de seguridad. Se pensó en una amenaza de los hinchas, pero el misterio fue revelado rápidamente: una broma del kinesiólogo Pablo Renzi.

El entrenamiento se desarrolló normalmente, el DT Gustavo Coleoni tomó la palabra para dirigirse al grupo y después dialogó con varios integrantes de manera privada. Se hizo autocrítica, sobre todo para corregir errores y actitudes de cara a lo que viene. Pese a que las chances de ascenso directo son escasas, nadie habló de eliminación.

“Es un día triste para nosotros. No encontramos respuestas. Siempre convertimos en figura al arquero del rival, como en Sunchales. Es la realidad y eso es consecuencia de algo. Nos da bronca, porque es un resultado mentiroso, pero todos se fijan en el resultado final y nos castigan”, comenzó diciendo el enganche Cristian Zárate. “Estamos compungidos. Pero no eliminados. Quedan cuatro partidos y todo puede darse, vamos a ir a buscar los cuatro partidos que restan. Lo de la gente es entendible, nos putearon y en este momento tenemos que demostrar fortaleza. Hay que trabajar en lo anímico, vamos a dar vuelta este presente, esto es fútbol y somos Talleres, podemos lograrlo”, agregó el ex Unión de Sunchales.

Otro que dio la cara fue el delantero Adrián Aranda, con mucha suficiencia. “Hablamos de lo que hicimos en cancha, dejamos en claro que si en algún momento alguno se fue de boca con un compañero, fue por cuestiones del partido, donde uno lo vive a mil revoluciones. Se pidió perdón por todo. Es un día atípico, tras un partido raro, la verdad estamos golpeados, pero no hay tiempo para lamentos, hay que seguir luchando”. El “Bati” a su vez agregó el dolor que siente por las críticas y los insultos. “Nos pueden cuestionar y hacer reclamos, pero no me gusta que digan que somos ladrones, que venís a robar a Talleres. Uno tiene familia y ellos lo perciben. Además, diez días atrás, los hinchas venían a pedirnos autógrafos y a sacarse fotos. Ahora somos enemigos. Eso no es así”.

De esa forma, se simplifica lo que vive el mundo albiazul, tras la goleada recibida, que lo deja virtualmente eliminado. Por ahora, no hay hostilidad, y la semana arrancó sin visitas.