Talleres, con oficio y sin arriesgar demasiado, amargó a Sportivo en el reinicio de la temporada al vencerlo por 2-1.

Los goles se hacen, no se merecen. Esa es la lección que Sportivo Desamparados aprendió a puro dolor en el regreso de la actividad del Argentino A porque Talleres de Córdoba, el líder de la Zona 2, se lo demostró con dos puñales que fueron lapidarios, aprovechando las contadas ocasiones que tuvo en el partido. Lo venció por 2-1 y le dejó clarito que para tener aspiraciones, no existe el perdón en este nivel de competencia en la temporada cuando ya se perfilan muchas decisiones.

Fue derrota de Desamparados en el estreno de Betito Naveda como entrenador. Inmerecida pero cruel porque Sportivo perdonó cuando no debió hacerlo y a esa, no se la dejó pasar: Lo pagó con derrota. Con amargura, con ese tremendo dolor de saber que estuvo mano a mano y a punto de quebrar al líder, que pasó por San Juan mostrando mucho oficio, gran experiencia y una enorme contundencia como para aprovechar las escasas ocasiones que tuvo y convertirse en una materia pendiente para el Víbora que desde que se topó con la T en el Argentino A no ha podido vencerlo todavía.

Hubo un comienzo a toda presión de Desamparados que con línea de tres en defensa arriesgó más, presionó más arriba y se adueñó de la pelota. Pero el primer susto fue también sanjuanino cuando Martín Seri apareció muy solo y definió por encima del arco de Aguiar cuando apenas iban 3 minutos de juego. Fue un aviso. Una radiografía de lo que sería el partido con Desamparados yendo y con Talleres esperando para la contra. Desamparados insistió y a los 16' pudo haber gritado el primero pero la definición de Santiago Ceballos se fue besando el palo izquierdo del arco de Crivelli. Fue todo demasiado parejo después hasta que en el minuto final de la primera etapa, Lamberti quedó de cara al gol y no pudo definir.

En el complemento, Desamparados fue absolutamente más que Talleres. A los 2', Reinoso tuvo el primer gol en su cabezazo pero su remate dio en el palo derecho del arco de un vencido Crivelli. Parecía que Sportivo se lo ganaba porque Garrido -lo mejor del Víbora- porque a los 10' tuvo una doble chance que luego lamentaría profundamente. Encaró Garrido, ganó, se acomodó y definió, pero Crivelli le tapó su remate aunque el rebote fue a Reinoso y el goleador amagó, se preparó y cuando definió volvió a toparse con el arquero tallarín. Increíble.

Era el momento de Sportivo pero sin Garrido ya en la cancha por lesión, le quedó solamente la voluntad y la vocación ofensiva del planteo de Naveda para ir a buscarlo. Estaba en eso cuando un corte de luz de 17' lo sacó del partido y tras el regreso, Talleres que había llegado muy poco, encontró en un tiro libre de Zárate y luego en una aparición de Corsaro, la llave para ganar un partido que no mereció. Desamparados aprendió, en carne viva, que a esas no las puede perdonar porque no te la perdonan.