Algunos hechos menores durante el juego y los enfrentamientos en las adyacencias al estadio opacaron la fiesta que Instituto y Talleres armaron en el Monumental de Alta Córdoba.

Desde que se confirmó la realización del clásico, se habían emitido muchísimos mensajes alentando al buen comportamiento del público. Había un motivo: el temor a que se produjeran incidentes estaba presente. Y lamentablemente ocurrió lo que se temía.

Algunos hechos menores durante el juego y los enfrentamientos en las adyacencias al estadio opacaron la fiesta que Instituto y Talleres armaron en el Monumental de Alta Córdoba. Unos nueve efectivos policiales heridos y dos personas baleadas se llevaron la peor parte.

¿Qué necesidad había? ¿Qué motivo tiene quien arroja una piedra? ¿Y quien dispara un arma de fuego? Los mismos hinchas que sufren por no poder ir de visitante, con estos actos les dan a las autoridades la excusa perfecta para que esa medida absurda se siga aplicando.

“Tenemos unos efectivos policiales con contusiones, producto de algunos elementos arrojados por simpatizantes, principalmente de Instituto, pero el resto se desarrolló tranquilamente”, dijo el comisario mayor Almada, a cargo del operativo. “Son los incidentes normales de todo clásico”, dijo otra fuente policial.

No hubo parte oficial de heridos desde la Policía. Sin embargo, Mundo D se comunicó con el jefe de guardia del Hospital de Urgencias, Orlando Torresan, quien informó que hubo cuatro heridos.

Dos hinchas de Talleres, que viajaban en una moto, fueron heridos con sendos balazos, uno en la ingle y otro en el abdomen, quien quedó comprometido en el páncreas.

Otro hincha albiazul sufrió fracturas expuestas de tibia y peroné, al caerse de una tribuna; mientras que otra persona fue herida con arma blanca.

“Nunca más”. Sea como sea, difícilmente se vuelva a realizarse un partido bajo las mismas condiciones. “Hasta que no esté disponible el Estadio Mario Kempes, nunca más organizamos un partido”, dijo un alto directivo de la Liga Cordobesa.

En la salida de los hinchas de Instituto que iban por Fragueiro y se metieron por Lope de Vega con la intención de cruzarse con los de Talleres. La Policía disuadió con balas de goma e hizo retroceder a los hinchas de la Gloria por Lavalleja. En el primer tiempo ya habían existido intercambios de proyectiles entre las hinchadas y el partido estuvo detenido.