El plantel de Talleres permanecerá concentrado hasta el final del Pentagonal. Y seguirá en caso de clasificar a la semifinal. “Ojalá concentremos hasta el 17 de mayo”, supo bromear el preparador físico Carlos Orbea, cuando se le consultó sobre la estadía del equipo. Pero ayer no fue una tarde para el humor. Con la obligación de ganar los dos partidos que restan, hubo charlas en la intimidad.

El DT Andrés Rebottaro, a su habitual diálogo con los futbolistas, aplicó tanto el “inflador anímico” como el “lavado de cabeza”, aunque la dosis de este último ingrediente fue el que predominó. Por eso la práctica fue a puertas cerradas. La intención de “Tito” es que en las “dos finales” que restan, los jugadores tengan conciencia sobre todo de lo que se juega Talleres. Además, más allá de la obligación de ganar, también existe un incentivo económico: el plantel se hará acreedor de un premio superior a los 500 mil pesos si obtiene el pasaporte a la B Nacional. Pero también, si clasifica a semifinales, habría un “regalito”, cercano a los 100 mil pesos.