El volante de la Talleres cree que todo mejorará. Su peso extra por haberse ido al Argentino. Y, otra vez, muchos nombres en su puesto.

No por bicho raro. Sí, por tener una manera de ser. Se conduce con respeto. No tiene divismo. Saluda al llegar y al irse. Su juego, rústico para algunos, sacrificado y de roce, para otros, será necesario en esta categoría y él lo sabe.

Cristian Basualdo, con varios volantes haciendo cola para jugar en Talleres, pelea como siempre un lugar. Mesurado, sonriente y reflexivo, habló con Día a Día después de la derrota en el amistoso con Sportivo Belgrano 1-0, en San Francisco: “Lo que más rescato es el funcionamiento. Si analizás un poco más nos faltó más juego, y tuvimos otros condimentos, como el arbitraje y habrá que acostumbrarse a eso. Hay cosas para corregir para que el primer partido nos agarre bien parado”.

–¿Es notorio el cambio de la B Nacional al Argentino?
–Muchísimo. La infraestructura, la cancha, el arbitraje, el juego de los equipos, se nota en todo. Y la localía también.

–Con respecto a los arbitrajes el Argentino es así, distinto.
–Se ve que sí. Los partidos de visitantes son partidos especiales y hay que tratar de sortear todos los obstáculos para avanzar.

–¿Qué rescatás del equipo después de esta derrota?
–Muchas cosas, pero tenemos que corregir sobre todo las pelotas paradas. Ya nos vamos a ir acomodando. El funcionamiento me conformó.

–Bueno, hasta pisaste la pelota...
–Ja,ja, sí, me equivoqué. Hay que trabajar seriamente y Dios quiera que esta nueva etapa de Talleres, que nadie la deseó, sea con un buen final en todos los órdenes.

–¿Se dimensiona el entorno y la presión en el Argentino?
–Se vive especialmente. Talleres es un club muy grande, ha sido prácticamente devastado por malas administraciones y tocó fondo. Espero que todos nos unamos para salir adelante.

–Quizás el que jugó ante Sportivo no sea el equipo base.
–Sí, no se pudo contar con todo el plantel. A medida que pasen los días iremos armando un buen equipo para dar pelea.

–Personalmente, ¿tenés un peso extra?
–Sí, el sabor amargo que a uno le ha tocado irse al descenso, a pesar de una campaña de 50 puntos y quiero dar vuelta esto. Pero la realidad es ésta. Siempre me quise quedar en el club. Gracias a Dios se pudo concretar de quedarme. Es una nueva etapa, tengo fe y optimismo.

–Hay seis volantes centrales, ¿otra vez bailás con la más fea?–Siempre, yo entreno para ganarme un lugar. Estamos para pelearla y eso es lo más bueno, que haya una competencia sana para que Talleres salga adelante.