Talleres está en su peor momento y espera un milagro futbolístico para no caer en el Argentino A.

Esos rostros, los de la foto que ilustran esta página, dicen todo lo que tienen que decir. Son las caras de la impotencia, del esfuerzo que no alcanzó hasta ahora y que habrá que redoblar para esperar el milagro de la salvación. Talleres está en su peor momento histórico: al borde de descender al Argentino A, una categoría semiprofesional. Y, no sólo eso, la vida institucional es una incógnita.

El gerenciador Carlos Ahumada asegura que seguirá al frente de Ateliers hasta 2014. El juez de la quiebra, Carlos Tale, dice a los cuatro vientos que a Ateliers no se le renovará el vínculo de concesión.

Bla, bla, bla... el hincha de Talleres ya sabe todo esto. Se pasa los días analizando el fixture y esperando que las combinaciones de los resultados le den la chance de zafar del descenso y de meterse en la Reválida, algo que sería como clasificar a la final de un Mundial para los de barrio Jardín.

Sobre el futuro del club, ayer trascendió que hay una intención de la Legislatura cordobesa de dar curso a una ley para que los activos de los clubes de la ciudad, que atraviesan situaciones financiero-económicas adversas, no sean rematados en los próximos 180 días.

Todo esto a raíz de lo que viene promoviendo Ahumada: que Tale no remate el predio de la 24 hectáreas, o la Casa Azul, como le llaman en la gerenciadora. Esto no es concreto, por ahora.

El equipo. Bajón total hubo ayer en el entrenamiento post-derrota 1-4 ante Atlético Tucumán en la Boutique, el domingo. Los chicos del club, los Buffarini, los Quiroga, los Godoy, fueron los más sentidos. En el grupo saben que con el descenso casi ninguno seguirá en Talleres.

La mayoría está a préstamo y arreglar contratos en una división en la cual los valores bajan ostensiblemente en relación a la B Nacional hace imposible los futuros acuerdos. O sea, con Talleres en el Argentino A todo será un comenzar de nuevo para la institución.

Empezó ayer otra semana de muchas pulsaciones cuyo horizonte es el partido con Quilmes, el sábado que viene, en el estadio Centenario. No jugará el suspendido Luis Salmerón y podrían ser tenidos en cuenta, si las lesiones se lo permiten, Lucas Wilchez y Sebastián Bartolini.

Ellos, y todos, esperan el milagro.