Talleres no pudo lograr ante All Boys el triunfo que le hubiese permitido salir de la zona del descenso directo. El 1-1 le dejó un sabor agridulce.

Los jugadores de Talleres están chochos por el empate angustioso que evitó una derrota ante All Boys, un rival directo en la lucha por evitar el descenso. Lo disfrutan y se bañan con esa tranquilidad. Pero a medida que se van enfriando, el raciocinio empezó a indicarles que pasó una de esas “finales”, que si terminaba en una victoria albiazul, significaba la salida del descenso directo por primera vez en el año.

Y si los jugadores no saben qué sentir, ni hablar de los pocos hinchas que vieron el partido “camuflados” en Floresta y que al final del encuentro se arrimaron al camarín albiazul.

Uno de ellos, franqueó la puerta convencido de que el 1-1 ante All Boys daba como para festejar. Iba derechito a felicitar a Luis Salmerón, el autor del gol que le permitió a la “T” igualar a cinco minutos del final. Pero cuando escuchó a un cronista radial que Talleres seguía en descenso directo, su entusiasmo se convirtió en una simple mano alzada en señal de saludo. Nada más.

Así de contradictorias fueron las sensaciones que deparó esta nueva incursión de Talleres. Perder siempre es malo y un empate al final tiene un valor moral importante. Pero los números, que son los que finalmente te condenan o salvan, indican que a Talleres se le escapó una posibilidad de depender de sí mismo.

Ahora, para salir de la zona “roja”, necesita obtener un triunfo ante Belgrano, cuando lo reciba el martes 28 del corriente, a las 15, en la Boutique de barrio Jardín. Y, además, que All Boys pierda ante Olimpo, en Bahía Blanca, para poder superar al Albo. O bien que Almagro pierda hoy ante Unión, en Santa Fe, y también caiga en el siguiente partido con Atlético de Rafaela, para igualar su línea.

Contradictorio. En lo futbolístico, lo de Talleres fue tan contradictorio como las sensaciones antes relatadas. Con tantas precauciones que tomó en el primer tiempo, dejó que su rival se agrandara y en un descuido pasó a perder 0-1 con el tanto de Darío Stefanatto.

Lo bueno fue que el equipo volvió a mostrar reacción y lo empató en un ratito, con algo de buen fútbol y el olfato de Luis Salmerón, el goleador del torneo.

En pocas palabras

Demasiado precavido. Talleres salió a cuidarse de All Boys y fue superado en el primer tiempo.

Salvó un punto al final. En el complemento, la “T” mejoró con un buen trabajo de Zermattén, pero cuando mejor jugaba le hicieron el gol. Asimiló el impacto, buscó la igualdad y la alcanzó en el epílogo.

Las figuras

Cristian Zermattén (6). En el complemento se comprometió con el partido y Talleres mejoró. Con el ingreso de Wilchez, a los 31m del segundo tiempo, encontró un socio para desequilibrar adelante.

Guillermo Báez (6). El defensor albiazul anuló a Umbides y completó una sólida tarea defensiva.

El árbitro

Daniel Raffa (regular). Dejó que pasara de todo en las áreas cuando se jugaron las pelotas quietas. En estas acciones, obvió dos claros penales de Bartolini (uno a Fayart y otro a Gigliotti) y una falta en contra del zaguero de Talleres. Le perdonó la vida a Lussenhoff, a quien debió amonestar por simular una falta y parar el balón con la mano.

Cuestión técnica

José Romero. Su equipo logró el gol cuando mejor jugaba Talleres, pero no supo defender la ventaja. Sus cambios no ayudaron para ello.

Raúl Peralta. Arrancó muy cauteloso y recién se dio cuenta de que podía ganar a los 31m del complemento, cuando metió a Wilchez. Un minuto después le convirtieron y la “T” debió enfocarse en el empate.