El equipo albiazul fue goleado y humillado ayer en Santa Fe. Unión le ganó 3-0 y dejó en evidencia que la “T” no se adapta al cambio de timonel. Para colmo, el promedio lo apremia.

La imagen que devolvía Talleres, goleado y humillado por Unión, calaba fuerte allá en esa cabina de transmisión que la directiva de Unión había reservado para los directivos de Ateliers. Ahí, cerca de un codo del estadio 15 de Abril, estaba Carlos Ahumada, el hombre fuerte de la gerenciadora, quien parecía petrificado. Su mano derecha sostenía el mentón. Su miraba parecía perdida. No podía creerlo. Talleres se caía de a pedazos y a él ni siquiera le quedaban ganas de lanzar insultos al aire como ocurrió otras veces, sobre todo en las primeros partidos de su gestión como mandamás albiazul, hace más de un año. La desazón lo dominaba, igual que a Daniel Valencia, vicepresidente de Ateliers, quien había compartido la tarde con él. Ni siquiera había servido el hecho de ofrecer un premio de 15 mil dólares por un triunfo que nunca se dio, ni el hecho de pasar por el vestuario para darle ánimo al plantel. La goleada ante Unión golpeó tan fuerte a él como a todo Talleres. El equipo albiazul sumó su tercera derrota consecutiva (quinta en los últimos siete juegos), tiene nuevas preocupaciones numéricas y agigantó las futbolísticas. Talleres sigue en zona de descenso directo y sus rivales más cercanos se alejaron. Almagro le lleva seis puntos; Platense, nueve. Ni hablar de eludir la zona de reválida: Instituto y la CAI están a 13 y 14 unidades, respectivamente.

Cambio de imagen. El equipo mutó aquel semblante de imbatible de visitante por otro que lo muestra "accesible" cada vez que sale de Córdoba. Después del triunfo 2-1 frente a Los Andes en la 13ª fecha, Talleres perdió ante Chacarita (2-3), Atlético Tucumán (0-3), Ferro (1-3), Aldosivi (1-2) y ayer ante Unión (0-3). Los números son consecuencia directa de una merma futbolística en la que el equipo cayó en las últimas fechas de la gestión de Humberto Grondona y que mantiene los albores de la era de Juan Amador Sánchez. Es la suma de errores viejos (despertar al juego cuando va perdiendo 0-1, por caso) y nuevos (perder fácilmente las bandas y un nerviosismo que ante Aldosivi lo dejó sin Bartolini y ayer sin Stang y Battauz). Y está claro que, hasta ahora, Talleres no se adaptó al cambio de táctica, nombres y posiciones de Sánchez a Grondona.

En descenso directo

El traspié de ayer en Santa Fe, el tercero consecutivo en el torneo, complicó la situación de Talleres en la tabla de los promedios. 1,072: es el coeficiente de la "T", producto de dividir 104 puntos por 97 partidos de las últimas tres temporadas. Seis puntos: es la distancia real que separa a Talleres de Almagro, que tiene 1,134 (110 puntos en 97 juegos). Antes de reanudarse este torneo, el Albiazul estaba a dos unidades del Tricolor.