Sin lugar a dudas, el entrenador de Talleres Humberto Grondona construye el equipo con la mentalidad y la propuesta de tener la pelota. Siempre pensando en el arco de enfrente, pero la realidad indica que cuando no tiene el balón en su patrimonio, sufre. Le pasó en varios partidos, sobre todo en los primeros 45 minutos, aunque espiritualmente sabe recuperarse con el correr de las acciones.

Está de más decir que el mayor atributo del elenco de barrio Jardín es el corazón y la entrega. Jugando bien, jugando mal, se las ingenia para llegar al área rival y generar peligro. En lo que transita del torneo, le faltó marcar goles en el debut, ante Aldosivi. De ahí en más, anotó 19 gritos, siendo el ataque más efectivo del campeonato. Basado en las pelotas paradas, su arma letal, denota su propuesta de ir al frente, sin un camino fijo. El funcionamiento correcto del circuito de juego sigue en deuda, faltan aceitar detalles de coordinación, pese a que por momentos, de la mano de su hombre más pensante, Cristian Zermatten, hay síntomas de querer mejorar el diagnóstico.

Pero por la capacidad de reacción, la voluntad de ir al frente, de no bajar los brazos hasta el último suspiro, sin un proyecto o un patrón de juego claro, Talleres está segundo en la tabla de posiciones, porque tiene corazón y ese plus que se necesita en situaciones de urgencias como en la que se encuentra inmerso. ¿Con actitud alcanza para lograr el objetivo? Es discutible, pero hasta ahora, en el saldo casi no hay reproches. Suma puntos, es un equipo pragmático, y por eso, lleva 10 partidos invictos, alimentando su ilusión de permanecer en la categoría, aunque mira de reojo los primeros lugares.