La "T" destrabó un partido complicado con una gran jugada de Lucas Wilchez.

Afortunadamente, los jugadores siguen estando por encima de los sistemas. Y en este fútbol lleno de rigidez táctica y de obediencia debida, con animarse un cachito a veces sobra para llevarse un montón. Algo de eso pasó anoche con Talleres, que llegó al triunfo cuando Lucas Wilchez, su jugador diferente, armó la jugada que terminó en el gol de Matías Quiroga y terminó con la ordenada resistencia de All Boys.

A este minuto 23 del segundo tiempo, la “T” se había cansado de ir al frente sin ideas, ante un equipo mínimo que con un poquito de orden, un piquete de volantes y mucho de aguante, le hizo la vida imposible durante casi una hora.

Como un gran defensor de la flexibilidad laboral (la de Carlos Bilardo, no la otra), Humberto Grondona volvió a modificar nombres y responsabilidades anoche en la Boutique. Pero esta vez no le salió muy bien la jugada al entrenador albiazul.

Al puzzle del medio campo, “Humbertito” lo armó con las fichas cambiadas, y entonces su equipo se quedó sin marca y sin juego. Lo de Basualdo por derecha no tuvo razón de ser; Esquivel quiso ser lateral y volante, y fue nada; Zermattén se desgastó persiguiendo rivales y se quedó sin resto para asociarse con Wilchez y sin precisión para la pelota parada; y Quiroga, casi lanzado como extremo, deambuló por el costado izquierdo aislado del circuito futbolístico.

¿Los delanteros? Poco y nada. Cobelli bajó por momentos y se unió a Wilchez, pero Salmerón lució muy estático y no tuvo peso específico ante una defensa que no era precisamente una muralla. Talleres buscó con tozudez e inquietó al arquero Cambiasso, aunque sólo con arrestos individuales.

No salió de la galera. Gambeteando hacia adelante y probando cada vez que le dejaban un hueco, Wilchez había generado en el primer tiempo las llegadas más claras del local. Y cuando el partido promediaba, y llegaba la hora de que “Humbertito” empezara a buscar soluciones mágicas en su galera, el conejo le saltó dentro de la cancha. Wilchez se inventó un jugadón por la derecha, en complicidad con Cobelli, y tiró el centro que Salmerón no pudo conectar y que Quiroga aprovechó para encender el festejo albiazul.

Después hubo que aguantar un poco, aunque aquel oportuno 1-0 le facilitó el cierre a la “T”. Esta vez, no hubo que sufrir tanto.