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Carlos Granero sólo cumplirá el primero de los tres períodos como gerenciador. Se quejó de la oposición.

Se va Granero



Hugo García /
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Granero dijo que dejará el club a fines de 2008. Si logra el ascenso, se va en julio.

Carlos Granero empezó a despedirse de Talleres. ¿Cómo? Sí. El titular de Ateliers SA, la firma que resultó adjudicataria de la concesión definitiva hasta mediados de 2014, manifestó ayer que su idea es interrumpir el contrato a fines del año próximo, aunque existe la chance de que se adelante para junio si el equipo logra el ascenso a Primera División.

El pliego de gerenciamiento indica que la concesión es por nueve años, en períodos renovables de tres. A fin de 2008 se cumplirá el primero de esos tres períodos, el que comenzó en noviembre de 2005. “¿Si tengo que avisar con antelación si continuaré el próximo trienio? La prórroga es automática. Pero, en caso de tener una alternativa de ascender en junio, la idea es no prorrogar el vínculo. Dejaría el equipo en Primera y cumpliría los primeros tres años de gerenciamiento. Así le brindaría al Juzgado la posibilidad de que llame a licitación o convoque a otra empresa o figura para la continuidad del gerenciamiento”, dijo Granero.

–Y si no lo consigue, ¿se queda hasta lograrlo?
–No. Deberíamos analizarlo porque son períodos de tres años y se hace difícil cuando hay tanta oposición y tan poco apoyo. Hoy pienso en cumplir el período contractual y, como dije, brindarle la posibilidad al Juzgado que, con mecanismos legales, elija a otra empresa.

–¿Por qué?
–Es bueno brindarle la chance a los que plantean una oposición destructiva.

–Qué benévolo que sería al dejar el club tras ascenderlo.
–Sería benévolo conmigo porque ganaría en tranquilidad.

–Y si no, ¿para qué seguir?
–No digo que me quede si no logro el ascenso. Estoy pensando en cumplir con el primer período de tres años de la concesión. Si el equipo asciende, al Juzgado le será más fácil encontrar un postulante.

–¿Qué lo llevó al replanteo?
–Tengo que brindarle tranquilidad a mi familia. A mi regreso a Buenos Aires, tras el partido con Unión, mi esposa me recibió llorando porque un periodista había dicho que si me daban un palo, me iba. Tiene razón mi familia. No tiene sentido. Cuando desde un sector se incita a la violencia, no tiene mucho sentido continuar.

–¿Y sus proyectos? No dejará una buena imagen...
–La gente se tiene que quedar con la imagen de que, cuando no había nadie para conducir el club, lo hice con gente de Francia. La oposición fue salvaje. Estuve 19 partidos sin ganar. Esta es una etapa tranquila, después de ganar los clásicos. Pero hay cosas que son más importantes que un capricho. Disfruté de algunas cosas, pero siempre se escuchan voces en contra. A favor, sólo en forma privada por temor a la persecución. Como Ernesto Salum.

–¿No va a pasar como la otra vez que usted hizo un llamado y después se quedó?
–Una cosa fue un llamado, en función de la presentación que hizo un referente opositor. Otra es que, cumplidos tres años al frente del club y teniendo la posibilidad de no renovar, tome esa determinación. Lo cual va a hacer que siga vinculado al club porque hay derechos adquiridos respecto de futuras operaciones de jugadores sobre los que la SA ha adquirido porcentajes por el contrato de gerenciamiento. Pero eso abrirá la chance de que al club lo conduzca alguien que reciba el apoyo de la gente.

–Entonces usted determina cuándo quiere irse...
–No. Cuando se cumple el primer período, en el transcurso del próximo año. En principio es el 31 de diciembre. Pero como el año calendario no coincide con el deportivo, quizá se analice ese tema con el Juzgado.

–Habría Granero hasta fin de año como máximo...
–Si ascendemos, el 30 de junio entregaremos el club.