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En su primer día, Rubén Darío Insúa ordenó de todo: táctico, físico, estratégico, pelota parada y, sí, fútbol. Foto: LaVoz / Antonio Carrizo.

La primera práctica del ciclo Insúa duró tres horas y media.

El pitazo final de la práctica de fútbol fue como una especie de orden de largada. La mayor parte del grupo emprendió una rápida caminata hasta uno de los vértices de la cancha auxiliar del Estadio Córdoba con un solo objetivo: conseguir alguna de las botellas con agua que acercaba un colaborador del cuerpo técnico.

No era para menos. Durante un poco más de tres horas y media, los jugadores habían realizado un exigente entrenamiento bajo el mando de Rubén Darío Insúa, flamante DT de Talleres.

El primer día del “Gallego” fue bastante movidito. Luego del comienzo puntual (a las 16), los trabajos se sucedieron: toques de primera y definición; jugadas con pelota detenida; movimientos tácticos; y, cuando parecía que todo se terminaba, llegó lo mejor: el partido. El equipo azul, con los presuntos titulares, y el equipo anaranjado. Los seis profesionales que sobraron, nada de quedarse quietos, se ordenó un fútbol tenis de tres contra tres. No tomaron parte del entrenamiento Leandro Álvarez y Matías Rinaudo, mientras que Julián Maidana antes se retiró con una molestia.

Para el primer equipo jugaron: Damián Grosso; José Luis Gómez, Gabriel Oyola, Juan Cruz Gill y Marco Torsiglieri; Emanuel Rivas, Franco Dolci, Cristian Basualdo y Matías Quiroga; Iván Borghello y Héctor Cuevas. El rival fue: Valentín Brasca; Julio Buffarini, Dante Pérez, Germán Rivera y Edgardo Galíndez; Ramiro Pereyra, Alexis Cabrera, Lucas Rimoldi y Pablo Azcurra; Ezequiel Barrionuevo; Ezequiel Miralles.

“¡No jugamos al off-side! Si (el rival) se va, hay que correr rápido y marcar”, fue una de las primeras órdenes de Insúa a los 22 protagonistas, luego de ver que la defensa se quedó parada esperando que el DT frenara la jugada por una clara posición adelantada de un delantero.

Después, Insúa hizo un enroque entre “el Colorado” Buffarini y Gómez, por lo que el pibe surgido de las inferiores albiazules terminó para los titulares.

La tarde, que había comenzado calurosa y seca, terminaba con el sol cayéndose entre las sierras y con una brisa de aire fresco que llegaba desde el sur. En eso, el ex volante de San Lorenzo, Independiente, Estudiantes y Quilmes (sus equipos en Argentina) se apiadó de ellos y los mandó a elongar.