El colombiano fue, junto a Andrés Cubas, el jugador más destacado de la “T” en la caída contra Lanús. Hizo un gol y cumplió la doble función de enlace y de delantero.

Dejarse llevar por el resultado y por la forma en que se dio la drástica caída de Talleres del sábado contra Lanús 4 a 2, en el Kempes, inhibiría de cualquier registro positivo que pueda haber dejado el equipo de Alexander Medina.

Pero aún en la derrota, lacerante por los errores defensivos que cometió, hay algunas cuestiones para rescatar cuando el análisis se margina de la pasión resultadista.

Y el principal pasa por Dayro Moreno. El desafío que el colombiano tenía al regresar a la titularidad en la Superliga después de siete partidos, era mayúsculo.

No lo hacía como “9” y sí como organizador de juego, la función en la que “el Cacique” detectó que podía recuperar su lugar en el equipo, en razón de que físicamente aún no está para jugar 90 minutos y que tampoco puede sacar de entre los titulares a Nahuel Bustos, el goleador del equipo.

Pero es tanta la jerarquía del tolimense que se destacó en las dos funciones: como centrodelantero y enlace. La forma que definió adentro del área, como un “9” tradicional, en el primer gol de la “T”, y el pase entre líneas que le puso a Nahuel para el segundo gol, demostraron que, en su plenitud, Dayro es indispensable.

El que marcó fue su segundo gol en el torneo, pero al salir del estadio casi que lo relativizó. No se lo veía bien. A él también le pegó duro la derrota, como al resto de sus compañeros. Y lo hizo saber frente a los periodistas.

“El gol me sirve para tomar confianza, pero es muy triste lo que nos pasó. No podemos dar tantas ventajas. Los errores en el fútbol siempre se cobran. Y nosotros cometimos muchos”, dijo ni bien se le preguntó por su gol.

Cuando se le pidió que mencione esos errores, Moreno fue cauteloso y evitó hablar de nombres.

“Los errores fueron de todo el equipo, pero no tenemos que cometerlos más. El martes tendremos la oportunidad de hablar todo. Nos contragolpearon. Tuvieron cuatro situaciones y nos marcaron en las cuatro”, subrayó.

“Ahora tendremos que salir a ganarle a Argentinos Juniors. Son cuatro caídas seguidas y hay 10 días para preparar ese partido. Tenemos que estar bien de la cabeza y mentalizarnos. Creo que somos un equipo con jerarquía y que en las primeras fechas demostramos que podemos estar para grandes cosas”, agregó.

Y cuando se le preguntó por esa doble función que puede desempeñar, afirmó: “Yo estoy a disposición del entrenador. Necesito tener contacto con el balón y si puedo ayudar al equipo jugando unos metros más atrás, lo haré. Y si me necesita más arriba, también. Jugar con Nahuel (Bustos) es una posibilidad para el equipo. Podemos estar juntos”.

Moreno venía de refrendar su apreciación con otro par de situaciones que protagonizó durante el partido contra el Granate.

Además del gol que señaló, a los 43 minutos del primer tiempo, pudo haber marcado uno antes, a los 15,y le sirvió otro a Bustos, a los 32, con un pase en profundidad. En ambas jugadas se lució Agustín Rossi. En la primera, el arquero de Lanús se la sacó abajo y en la segunda le tapó el remate arriba al “10” albiazul.

Dayro también le pidió disculpas a la hinchada albiazul, que una vez terminado el partido se quedó cantando y alentando varios minutos al equipo, como si en vez de haber sido goleado, hubiese vencido a Lanús

“Los hinchas siempre nos apoyan, en las buenas y en las malas. Nosotros tenemos que respaldarlos desde la cancha”, enfatizó.