A principios de 2019, el delantero fue a Pachuca y Palacios vino a Talleres. Hasta ahora, jugó siete partidos y anotó un gol. La está peleando.  

Su "Todo llega para el que sabe esperar" es clásico. Nahuel Bustos lo escribió hace poco en twitter y es parte de su historia como jugador. Nada le fue gratis en Talleres y mucho menos cuando pasó a Pachuca, a principios de 2019. Llegó después de haber sido el goleador de la Superliga en un repunte importante cuando ya se pensaba que lo iban a ceder. Con cinco tantos y siendo el goleador del equipo, a fines del año pasado, fue cambiado por Sebastián Palacios (préstamo por un año). Y el comienzo a vuelto a ser difícil para el pibe de 20 años.

Hasta el momento ha logrado jugar siete partidos, tres por la liga y cuatro por la Copa, el torneo en el que lleva marcado su único gol.

Pasó el juego con Atlas en el que fue suplente y, aunque esperaba jugar, ya fue suficiente como para volver a sentirse parte del equipo. Fue al banco y eso fue una buena señal por parte del DT Martín Palermo sobre todo porque ahora se vendrán los play offs, que arrancarán entre el 8 y el 9 de mayo para definir al campeón del Clausura.

El próximo fin de semana se jugará la última fecha de la etapa regular, en la cual se completarán los 8 cupos y Pachuca irá con León. El cordobés pasó de todo. Logró debutar en ambas competiciones con el Pachuca y luego alternó entre el equipo sub 20 y las no convocatorias. Sin embargo, parte de la afición "tuza" pidió una chance para él.

Llegada de Martín Palermo en lugar de Paco Ayestarán significaba una nueva motivación. Sin embargo, el cordobés volvió a quedar detrás de Franco Jara y Leonardo Ulloa. "Estoy trabajando duro para tener minutos, esperando la oportunidad para saber aprovecharla", comentó criteriohidalgo.com. 

"¿Si fue una buena decisión venir a Pachuca? Sí, sí. Estoy muy contento", supo decir apenas llegó Palermo.

Un buen comienzo

El 6 de enero debutó en la Copa de México e hizo un gol. Se creía que sería el primero de muchos y buenos partidos. Sin embargo, después fue difícil alcanzar la continuidad.

El apoyo de su familia, de parte de la afición y de los hinchas de Talleres (aún a la distancia) fueron los sostenes de este momento de Bustos.