Entre la Superliga y la Copa de la Superliga, la “T” acumuló cuatro derrotas consecutivas. Nunca se había dado semejante situación desde que el presidente armó su primer plantel, allá por 2015.

La nueva derrota ante San Martín de San Juan y el hecho de que su continuidad en la Copa de la Superliga esté condicionada a levantar ese 0-2 ha llevado al Mundo Talleres a teorizar, lamentar y debatir por una realidad que ni el más pesimista de sus habitantes pensaba vivir. Sobre todo por el nivel futbolístico del equipo. En el terreno de los supuestos, hay lugar para todos, pro y contra.

Los fanáticos de los supuestos podrían hacer un libro. Están los que culpan a Andrés Fassi por no haber traído a Emanuel Reynoso o a un volante de similares características para acompañar a la dupla Sebastián Palacios-Dayro Moreno; y los que retrucan y valoran que trajo a la dupla, sino la realidad podría ser peor. También están los supuestos “técnicos” que indican que esta campaña no pasaba con Kudelka y que tampoco no se hubiera demorado con cambios en partidos clave como ante Tigre y el propio Palestino, de Chile, como le pasó a Juan Pablo Vojvoda.

En contrapartida, están los que dicen que Vojvoda tuvo menos plantel y que cuando le trajeron dos jugadores de calidad, demostró que el equipo podía mejorar. Luego, vienen los francotiradores que apuntan Sebastián Palacios por no haber anotado ese mano a mano con Palestino de Chile y los que contraatacan diciendo que gracias Palacios y a Dayro, Talleres levantó algo de vuelo.

¿Y los que debaten sobre Pablo Guiñazú y Guido Herrera? Que si no se retiraba todo hubiese sido distinto o no, que si Leonardo Godoy no se lesionaba, la “T” no hubiera sido tan endeble sobre esa banda, de la misma manera en que se discute por las últimas actuaciones de Herrera. Y así, indefinidamente.

Sin embargo, los supuestos son sólo eso. Los hinchas teorizan y suponen, pero la directiva es la que ya ha empezado a evaluar. Sí, es el momento en que juega Fassi.

Cambiar

A esta hora, el dato que más le duele a Andrés Fassi es que vive el peor momento del primer equipo desde que accedió a la presidencia de Talleres, a fines de 2014.

Los 1-3 con Tigre, 0-2 con River y el 1-2 con San Martín de San Juan, por Superliga, más el 0-2 ante los cuyanos por la Copa de la Superliga conforman la peor racha que le ha tocado pasar desde que formó su primer plantel allá por enero de 2015. Está claro que el registro no tiene en cuenta los resultados de Copa Argentina (no se considera el 5-0 a Laferrere entre los partidos con Tigre y River). El antecedente superado fue el de 2018: estando segundo de Boca a cuatro puntos, Talleres perdió 0-1 ante el propio equipo xeneize, 0-2 con Independiente y 1-2 ante Newell’s. En la temporada 2016/2017 solo llegó a perder dos partidos consecutivos (0-1 con River y Colón; 0-1 y 1-2 con Quilmes y Tigre; 1-2 y 0-1 ante Temperley Gimnasia LP).

Más atrás, en el Federal A, fue campeón con un solo partido perdido (ante Maipú) y en la B Nacional fue ganador invicto. El segundo punto que a Fassi le molesta es la efectividad de sus equipos en los tres torneos en primera. Sólo el 35% en los últimos cinco partidos de cada temporada, más allá del DT y de los jugadores. “No estuvimos a la altura de lo que exigía un partido profesional”, dijo JPV al término del partido del sábado en San Juan. Un concepto durísimo, para sí mismo, para los jugadores y para Fassi. Es más, en esta temporada la tendencia también abarcó a otra instancia decisiva como fue la de la Copa Libertadores: de 12 puntos posibles, obtuvo solamente cinco.

Fassi ya sabe qué hará, que lo quiera dar a conocer es otra cosa. Sin embargo, está claro que para ser protagonista los cambios deberán ser sustanciales si es que quiere que su Talleres sea protagonista. La permanencia de la dupla ofensiva, los nuevos refuerzos, el lugar de los pibes y demás, se hará con o sin Vojvoda.

Sin embargo, la calidad del plantel la definirán las ventas que pueda hacer. Las transferencias de Herrera o la de Juan Komar, o ambas, serán determinantes para ese nuevo Talleres que va a nacer, en breve.