Con una jugada de pelota parada, la “T” pudo abrir el marcador. Lo supo controlar y no aumentó antes la diferencia por la ineficacia que mostró arriba.

Talleres necesitaba recuperarse de dos golpes muy duros, sufridos en los últimos días: el no poder seguir en la Copa Libertadores y de la decisión de Pablo Guiñazú de no jugar más, lo que le privó al Albiazul de tener a ese líder natural dentro y fuera de la cancha.

Y para ello, la “T” tenía en frente a un rival que llegaba con sus problemas a cuestas y por ende con ninguna intención de hacerle el trabajo fácil al club cordobés.

Bien ordenado delante de su arquero Burián, el Sabalero dejó que Talleres se gastara en buscar la forma de llegar con peligro, con mucha gente en la mitad de la cancha y con Tomás Sandoval y Wilson Morelo esperando que llegara alguna pelota para ver qué pasaba.

Si bien Talleres llegó a los 8 minutos con un pelotazo perfecto de Enzo Díaz que dejó a Sebastián Palacios en condiciones de anotar, pero el delantero le reventó el pecho al arquero Burián, después de eso le costó horrores hilvanar juego y, ya sin sorpresa, fue un constante chocar con la muralla sabalera.

Sin espacios, Palacios no puede desequilibrar, y con un Ramírez intrascendente, a Talleres le costó progresar, pese a que algunos intentos de Nahuel Tenaglia y de Tomás Pochettino de romper líneas alteraron un poco la monotonía del juego.

Tenía que ser una pelota parada la que rompiera con la resistencia visitante. Después del enésimo tiro esquina, Juan Cruz Komar le puso la cabeza al centro de Sebastián Palacios y anotó el 1 a 0. Merecido por la búsqueda y por la mayor ambición que mostró el Albiazul.

Apenas sacó Colón de la mitad, Talleres recuperó la pelota, embistió Tomás Pochettino, abrió a la izquierda para Sebastián Palacios y el delantero en vez de tocarla para la solitaria entrada de Dayro Moreno por la derecha, prefirió rematar sobre el cuerpo del arquero, en lo que podría haber sido casi un golpe letal para la visita.

En la segunda mitad no cambió la modalidad del partido, y en la única jugada desequilibrante del partido que hizo Juan Ramírez por la izquierda, dejó solo a Palacios, su remate lo contuvo a medias el arquero Burián, y cuando iba a capturar el rebote Dayro Moreno el cuidapalos le cometió el penal que el mismo colombiano se encargó de traducir en el 2-0.

Después llegó el quedo albiazul que le permitió a Colón intentar la aventura del descuento, pero también Talleres pudo haber aumentado las cifras de contragolpe.