Nahuel Tenaglia la “rompió” contra Banfield. Se afianzó como zaguero central, fue observado por Walter Samuel y recibió los elogios del presidente del club, Andrés Fassi.

Cuando arrancó la pretemporada de Talleres, el 26 de diciembre pasado, Nahuel Tenaglia (22) no se imaginaba lo que estaría viviendo unos pocos días después. Si le decían que Juan Pablo Vojvoda le iba a cambiar el puesto, que pasaría de lateral a zaguero central, que jugaría los amistosos cuando en el semestre pasado tuvo pocos minutos de continuidad, que arrancaría la Superliga como titular y que el miércoles cumplirá su sueño de jugar un partido por la Copa Libertadores, hubiera pedido que lo pellizquen.

El joven jugador nacido en Saladillo, su pueblo de la provincia de Buenos Aires que le costó dejar por el apego que tiene a su terruño y a su familia para venirse a probar suerte a Talleres en enero de 2018, menos podía imaginarse que en la noche del viernes, en el gran triunfo 3-1 de la “T” contra Banfield, Walter Samuel, el ayudante de campo de Lionel Scaloni en la selección nacional, lo estaría observando en el Kempes.

Sin saberlo, la rompió: jugó su mejor partido desde que llegó al equipo y se llevó todos los elogios. De los propios, como el del presidente del club Andrés Fassi, a la cabeza, y también de los extraños.

“La verdad no sabía que Samuel estaba en la cancha. Me hace muy bien. Creo que hice un buen partido, en una posición nueva para mí y en la que tengo que seguir aprendiendo más. Tengo que seguir entrenando y metiéndole, por que se vienen cosas lindas, como el partido del miércoles por la Copa contra São Paulo”, dijo consultado por Mundo D.

Hacer un salto atrás en el tiempo viene bien para lo que está sintiendo Nahuel, quien desde que llegó a Talleres desde la B Metropolitana, más precisamente de Atlanta, se convirtió en el segundo hijo pródigo futbolístico de su pueblo. El otro es nada menos que Julio Jorge Olarticoechea, “el Vasco”, campeón del mundo con la selección argentina en 1986.

En la primera entrevista que se le hizo cuando llegó a Córdoba, este medio le preguntó cuál era su sueño a conseguir en la “T”. “Clasificar a una copa internacional”, respondió. Y se le cumplió. Y con creces, porque el miércoles estará portando la camiseta número “14” contra São Paulo.

“Para mí jugar la Libertadores será cumplir un sueño. Desde que empezamos a entrenar el 26 de diciembre que estamos pensando en este partido. Creo que llegamos bien en lo físico, en lo futbolístico y en lo anímico. Hoy (por el viernes) le ganamos aun gran rival y lo hicimos jugando bien. Estamos muy confiados. Ahora es tiempo de empezar a preparar de la mejor forma ese partido. Va a ser muy lindo”, comentó cuando se le hizo referencia a esa circunstancia tan especial que le toca vivir.

El cambio que lo benefició

Que Vojvoda le haya cambiado el puesto en la pretemporada y arrancara jugando de central en el amistoso contra San Martín de Tucumán, en Salta, fue lo mejor que le pudo haber pasado. No lo esperaba y lo sorprendió, pero respondió en gran forma. Lo ayudó, por su altura, haber jugado de chico de centrodelantero, en el club Argentino de Saladillo.

“Creo que fue mérito de Juan (por Vojvoda) ponerme en ese puesto. En la pretemporada me hizo jugar con línea de tres y con línea de cuatro, por eso no me costó tanto adaptarme. Voy a jugar con el sistema que él disponga”, puntualizó Tenaglia.

De arriba, contra el Taladro ganó todo. “Tuvimos una seguidilla de córners en que la sacábamos y la pelota volvía siempre. Tuve mucho trabajo de arriba, pero con Juan Cruz (por Komar) nos complementamos bien. La verdad, nos sentimos muy cómodos los dos. Y como el técnico me pidió que saliera a romper y tratara de poner alguna pelota filtrada, también traté de ser salida”, agregó el lateral devenido central.

Todo suma para que esté pasando su mejor momento en Talleres. Y también en lo familiar. “El miércoles mis viejos vendrán desde Saladillo a verme. La verdad, uno los extraña mucho. Para mí será muy lindo tenerlos en la cancha”, comentó. Combo completo, por si a Nahuel le faltaba algo.