Talleres y Belgrano volvieron a dejar al clásico sin dueño y empataron por quinta vez consecutiva. En un partido sin mayores atractivos, las emociones llegaron al final.

Los desconfiados y los suspicaces están de fiesta. Talleres y Belgrano firmaron anoche un nuevo empate, el quinto consecutivo, en un partido que se consumía en otro aburrido encuentro que reservó sus mejores pasajes para los cinco minutos finales.

Quienes vaticinaron el empate volvieron a acertar con un 1-1 demasiado amistoso, que sólo abandonó su calificativo en unas pocas postales: el del duelo de hinchadas (que también se saldó con una igualdad), el del innecesario planchazo de Cristian Lema y el de los instantes postreros, cuando llegaron las emociones.

Al margen del resultado, los antecedentes ya lo condenaban aun antes del pitazo inicial. Es que la seguidilla de empates (tres 1-1 y un 0-0) anticipaba que una nueva igualdad, por más que sea en un partidazo y con lluvia de goles, despertaría la sospecha de “un pacto de no agresión”.

Para colmo, la primera media hora de juego fue una extensión de esos últimos partidos, en los que la pelota rodó siempre lejos de los arcos. De arranque hubo un buen remate desde lejos de Juan Ramírez y una respuesta similar de Matías Suárez que hicieron prever un amistoso movido y entretenido. Pero sólo fue una insinuación. Hasta los 30m, el trámite fue un largo bostezo. Talleres intentó algo más por algunos chispazos de Reynoso o por los desbordes de Rojas, un puntero a la antigua, pegado a la raya, que tuvo las mejores jugadas del clásico.

Recién en los 15 finales de la etapa hubo margen para anotar alguna aproximación seria. A los 32m, “Bebelo” la robó en el medio y habilitó al vacío al ecuatoriano, quien definió con un remate al segundo palo que se fue apenas desviado. Cuatro minutos después, Reynoso probó desde lejos, y en los tres finales Belgrano arrimó peligro con un cabezazo de Amoroso a las manos de Herrera (42m) y un remate de Guidara contenido por el arquero albiazul (45m).

Talleres tuvo mayor control en el complemento pero sin profundidad, mientras que Suárez bajó demasiado a buscar la pelota y Belgrano se quedó sin llegada. Jugando lejos de las áreas, el final parecía cantado. Sin embargo, la roja a Lema (26m) perfiló otro final, y la sensación se acentuó cuando, a cinco minutos del cierre, llegó el dudoso penal sobre Reynoso que derivó en el gol de Menéndez.

La paridad estaba quebrada y parecía sentenciada para taparles la boca a los agoreros. Pero, en la siguiente acción, Erik Godoy apareció descuidado y metió la cabeza para volver a dejar al clásico sin dueño. Otra vez sopa.