La "T" volvió a sumar, pero le costó generar situaciones como para ganar. Acá, lo positivo y negativo de la actuación del equipo de Kudelka.

Talleres y Vélez Sarsfield empataron sin goles en partido válido por la tercera fecha de la Superliga de fútbol de la Argentina, jugado en el estadio Mario Kempes. La "T" volvió a sumar, pero no pudo ante los de Liniers. Acá, lo mejor y lo peor del rendimiento del equipo de Frank Darío Kudelka.

Lo mejor

- Siempre quiso más que el rival. Aunque sin precisión, profundidad ni claridad Talleres fue, de los dos, el que más buscó ir hacia adelante y el gol. Pero al fallar en la presión arriba, sus ataques no hirieron.

- Las trepadas de Olaza. El lateral izquierdo fue la salida más clara de Talleres, pero casi nunca encontró buen eco para sus cesiones. Fue importante en la pelota parada y en la decisión para pasar al ataque.

- La insistencia de Palacios. Lo tuvo tres veces frente a Aguerre, pero por el apuro no estuvo "fino" en la definición, como en aquella de los 17m del segundo tiempo. Le faltó precisión, pero siempre encaró y buscó el área rival.

- Los ingresos de Rojas y Torres. Le dieron al equipo una asociación distinta y una presencia ofensiva que el equipo no tuvo con Arias y Menéndez en la cancha.

- La firmeza de Komar. El zaguero estuvo siempre atento para "cerrar" y abortar los pases en diagonal a los delanteros de Vélez.

Lo peor

- Lo poco que entró en juego Reynoso. En el primer tiempo sólo una habilitación para Palacios. En el segundo estuvo un poco más activo, pero lejos del arco de Aguerre. Talleres necesitó mucha más presencia de "Bebelo".

- La lentitud de Guiñazú. Jugó muy retrasado y fue superado en velocidad cada vez que lo encararon Romero u Andrada. Al no tener auxilio a su lado, quedó muy expuesto. Lo amonestaron rápido, jugó condicionado y lo terminaron expulsando, por una falta que a lo mejor no merecía la tarjeta roja. Pero venía jugando al límite y con ese riesgo permanente.

- La intrascendencia de Juan Ramírez. La banda izquierda fue desaprovechada. Impreciso, no desequilibró ni terminó las jugadas con un buen centro o un pase bien dado.

- El "engolosinamiento" de Menéndez. A mil por hora en en el traslado largo y sin aplicar el freno, terminó mal la mayoría de sus ataques y no lo "alimentó" a Junior Arias.

- La escasa posesión. En el primer tiempo tuvo un control medido y sin consecuencias efectivas sobre el campo de Vélez. En el segundo la posesión de la "T" fue sensiblemente mayor, pero igualmente inofensiva.

- La falta de ideas. Talleres corrió casi siempre el partido, pero no lo pensó.