Después de la derrota ante Godoy Cruz 2-1, la T tiene la mira en el domingo y el DT quiere dar vuelta la página.

A veces el fútbol no da tantas razones ni tantas explicaciones para entender qué es lo que puede estar pasándole a un equipo. Talleres no está exento a esa situación. Pero sí está claro que el rendimiento dispar del equipo entre el debut promisorio, la eliminación en la Copa Argentina y la derrota ante Godoy Cruz en Mendoza 2-1, en la segunda fecha de la Superliga encendió sin disimulo la luz amarilla en barrio Jardín. El llamado de atención no siempre implica un paso previo al “peligro inminente”, pero sí a ocuparse de una situación para buscar el menor margen de error de cara a lo que sigue.

Lo que se viene es Vélez, a las 11 de la mañana en el Mario Kempes, el próximo domingo en un horario “inusual” disponible para el futbolero del exterior que lo mirará desde su casa en otro país a una hora vespertina.

Para recuperarse. Talleres vuelve al ruedo para buscar la recuperación futbolística o la recuperación más de una manera de jugar que parecía consolidarse desde el torneo pasado y que cayó ante una densa neblina que no deja ver con tanta claridad un poco más allá.

Cholo a la vista. La caída del domingo advirtió la necesidad de algunos jugadores ausentes como Pablo Guiñazú, líder indiscutido de este plantel, anímico en el vestuario, futbolístico en el centro del campo y de Emanuel Reynoso, ese jugador distinto que cuando se cruza con algunas chispas enciende a todos.

Kudelka resumió que el partido de la caída en Mendoza tenía que ver con una ausencia notable de lo que están acostumbrados a hacer y es el DT quien está en camino y en búsqueda de esas explicaciones.

Funcionamiento dispar. Parece un equipo individualista por momentos. Cada uno quiere resolver a su antojo de mitad de cancha hacia adelante. La ausencia colectiva conspira contra la idea primaria del DT. Que sí, con algunos arrestos individuales ha logrado sacar resultados o “romper” situaciones de un determinado partido, pero a la larga este Talleres requiere del conjunto y es lo que poco se está viendo. Un equipo sin circulación favorable y hasta por momentos con un exceso de confianza. Eso sí se vio por muchos pasajes en Copa Argentina ante Gimnasia de Mendoza y el domingo ante el Tomba hubo momentos de un “desapego” a la idea.

Kudelka tiene que barajar otra vez. Y el DT debe recuperar las banderas de esa forma que tanto logró plasmar en el torneo pasado y que pareció extenderse en algunos buenos momentos en la primera fecha de la goleada a Lanús 5-2. Si el técnico recupera al Cholo Guiñazú deberá buscarle lo que mejor le calce a la par (¿podrá lograrlo Cristian Ramírez o con Fernando Godoy?).

Y tener a ese Bebelo encendido, abastecido por sus compañeros. Corregir los retrocesos del equipo también, algo que hoy parece resentirse. La T necesita volver a sus raíces y sabe cómo hacerlo. Es reenfocar la cuestión para corregir el rumbo.