Su foto, haciendo un asado con la "10" de Reynoso, es una señal que reafirma que "el Flaco" regresará a la "T", tarde o temprano, pero en condiciones de darle "algo".

Javier Pastore jamás se fue del Mundo Talleres. Simplemente cambió de lugar. Fue jugador de inferiores, crack, luego debutante y tras un puñado de partidos, se hizo embajador del club. Vistiendo la de Huracán, la de Palermo y la del PSG; siendo jugador de la selección argentina de Maradona, mundialista y participante en Copa América en el Kempes; el candidato de siempre para ser el socio de Messi. Antes y tras su regreso con Martino; a pesar de las lesiobes, siempre se mostró como hincha, añorando recuperar su puesto de jugador.

La foto con la “10” de Emanuel “Bebelo” Reynoso haciendo un asado confirma una señal que desde siempre le dio, por caso a Mundo D. “El día que me toque volver a Argentina lo haría para jugar en Huracán y luego me retiraría en Talleres, donde empecé. Pero faltan varios años, si Dios quiere que eso pase. Hoy no pienso tanto en eso. Pero lo tengo claro de cómo moverme. Hay que ver si los clubes quieren. Por ahí no quieren que vuelva, ja. Y si lo hago, será en condiciones de darle algo”, supo decirle a este diario hace un año.

Y es que “el Flaco” siempre estuvo cerca de Talleres y lo ayudó mucho más que cualquiera de sus ídolos. Cada vez que hay receso, se reúne con sus amigos de siempre a comer asadito y a jugar un picadito. En especial los de la clase 1988. Si bien Javier es un año menor, jugaba con esa quinta división en la que también estaban su gran amigo Agustín Díaz (hoy en reserva de Talleres, pero capitán del ascenso de 2013), Julio Buffarini (San Pablo), Francisco Dutari (bajó a darle una mano a la "T" en el Federal A y hoy está en Sarmiento de Junín), entre otros.

¿Más? El gimnasio del club se llama Javier Pastore, aunque pretenden que “el Flaco” tenga el nombre de una cancha del predio o de una tribuna, ya que los fondos del mecanismo de solidaridad y del derecho de formación por sus pases internacionales ayudaron a levantar la quiebra del club. Nada menos.

“El Flaco” se fue siendo un pibe y quiere volver a vivir el hecho de ser jugador de Talleres. También lo acerca al club la afinidad que hay con su actual directiva ya que fue parte de la campaña que permitió la elección del actual presidente Andrés Fassi.

¿Por qué más Pastore volverá a Talleres? Por el placer de salir de una práctica para reencontrarse con su familia. Para ver todos los días a mamá Patricia, a quien el Flaco le pedía que lo llevara al predio Nuccetelli a manera de terapia y para dejar la silla de ruedas que debió utilizar tras el parto de uno de sus hijos. “‘¿Selección? Mi sueño es jugar en Talleres. Mi ídolo es Garay’, no decía Javier”, supo recordar su mamá.

Recuperará tiempo con su papá Juan y con sus hermanos Lorena, Ariel y Juan Manuel. Ellos han viajado por todos lados haciendole la barra a Javier, han sido testigos de cómo formó su familia con Chiara y su vuelta de completará un cuadro que se añora en la Comuna San Roque, el lugar en el mundo de los Pastore.