Bebelo Reynoso y el barrio que no lo olvida, y él tampoco a ellos.

Homenaje. Emanuel Reynoso fue inmortalizado por el equipo de su barrio, Club Deportivo Rosario, con una enorme imagen. “En el barrio hay muchos mejores que yo”, dijo el 10 de Talleres a Día a Día.

Para todos ellos es Barrio Chino. Cerca de la plaza de Ituzaingó. El fútbol es calles de tierra, de asfalto y una placita. La acera lo transpira con el transitar de los vecinos.

Mucho más ahora sobre calle Daguerre. Con precisión sería el lote 11, manzana 31 del barrio Ituzaingó. O Daguerre al 5.400. Allí es donde el 10 de Talleres sonríe estático.

“Acá el Bebelo, como varios pibes, fueron creciendo y saliendo para los clubes”. La frase es de “Cara ‘e pupo”, capaz que menos conocido como Sergio Herrera.

Cada mañana, cuando sale de su casa, desde hace un par de días, se encuentra con la imagen de Emanuel Reynoso, el 10 de Talleres, con la camiseta del equipo del barrio: Club Deportivo Rosario.

El equipo está cumpliendo ya sus 67 años. Pero, para el barrio no hay rivalidades y, en colores, es todo negro y amarillo, como la casaca del Depor.

El mural del jugador albiazul, con la camiseta del barrio y estampado en una gran pared, fue pintado por el artista Nicolás Saavedra, paradójicamente hincha fanático de Belgrano. Es así el barrio.

Bebelo se crió con esa chispa y desparpajo.

“Yo no podía creer cuando lo vi. Está hermoso. Me llenó de emoción. Es hermoso el barrio. Está lleno de pibitos que la rompen”, dice Bebelo a Día a Día.

Los muchachos del barrio lo esperan siempre.

“En Deportivo Rosario no jugó, sólo de chico acá en el barrio con los pibes y lo hemos visto crecer a Bebelo. Él a veces cuando tiene fecha libre o días disponibles va a ver cómo juegan los chicos, es un lindo gesto”, cuenta “Pupo”, en referencia a la figura de Talleres.

“Acá (en el barrio) hay mucho mejores jugadores que yo. Y he visto muchos cracks, chicos que hacían lo que querían con la pelota. Pero que, lamentablemente, por cosas de la vida no llegaron. No es fácil ir a entrenar todos los días y tampoco ser bueno jugando, pero sin tener apoyo de la familia. Son cosas de la vida”, dice el Ema, el 10 albiazul.

Se le llena la boca de felicidad cuando vuelve a hablar del mural que ahora luce ahí donde él corrió y caminó de pibito.

“Acá está mi familia, mis viejos, hermanos. Y fue muy lindo estar ahí. Mirá, cuando fui a ver el mural había hinchas de todos los clubes y me saqué fotos con todos. Me siento feliz y orgulloso de haber salido de ahí, del barrio y es muy lindo saber que el barrio está con vos. Por eso le agradezco por estar conmigo”.

–¿Y cómo fue eso de verlo así de golpe?
–Se me vino todo a la cabeza todo el barrio, cuando jugaba de chico ahí con todos los chicos en la calle, en la plaza. La familia y el apoyo que me dan todos ellos. Siempre cuando voy a lo de mi mamá se me acercan los chiquitos a saludarme y trato de darles cariño, aconsejarlos de chico nomás. Hay uno que juega muy bien en el barrio y le dije el otro día: ‘Salgo yo en el mural, pero más adelante vas a estar vos’ y me dijo que ojalá, se reía el pibito”.

Bebelo es barrio. Es la esquina. Es la plaza. Es el que camina y no tiene más nada que aquel chico que corría por ahí con la pelota.

Y para resignificar el arraigo al equipo de la vuelta de su casa, con el escudo y la camiseta puesta, aparece Bebelo estampado en una pared.

“Nunca tuvo la oportunidad de jugar en el barrio”, dice el amigo “Pupo”. El mural está en la pared del “Tata” cuenta el jugador albiazul. “Es muy hincha de Talleres, así que bárbaro”, remata el talentoso volante albiazul.

“Todos esperamos que a Bebelo le vaya bien, porque si le va bien a él sentiremos que nos va bien a todos los del barrio, él se lo merece”, cierra “Pupo”, una de las voces de la zona. Es allí donde está esa fábrica de pibitos que sólo sueñan con correr detrás de una pelota.

Palabra de Reynoso. El pibe ya no parece ser tan pibe. Pero Emanuel Reynoso aún sabe que tiene que crecer mucho más que lo conseguido.

Su salto al fútbol de primera le dio otra imagen a su propio juego y al del equipo. Pero, en los últimos partidos, Bebelo no estuvo tan fino y él lo sabe.

La derrota con Quilmes 1-0 los puso en alerta otra vez. “Tenemos todo para estar un poquito más arriba. Tenemos que ser más punzantes de tres cuartos para adelante.

Si los metemos o los trabajamos en ese aspecto vamos a andar muy bien y podremos dar mucho más. Los rivales ya nos conocen más”, resaltó el 10 de la T.

Y está claro que la deuda del equipo está en la definición, algo que también padeció ante Quilmes: “Creo que hicimos un buen partido ante Quilmes y debimos estar más finos a la hora de definir. Pero igual les tenemos fe a nuestros delanteros. Creo que nos faltó eso nada más. Nosotros tenemos que llegar y convertir”.

El Bebelo siente que puede dar más. Y sabe que aquel que brilló ante Boca, que tuvo muy buenos picos de juego en el torneo, en las últimas fechas no estuvo a ese nivel.

“Creo que los últimos partidos he jugado en un nivel por debajo del que tenía. Y trabajo para mejorar. Creo que no estoy preciso y estoy errando pases. Por ahí se me va larga la pelota, tengo que trabajarlo duro en los entrenamientos y recuperar el ritmo que traía”, ratificó el volante.

–Se viene Tigre y después, otra vez Belgrano. Ya pasaste “la prueba del clásico”.
–Viene Tigre primero, sé que Belgrano está en nuestra mente, pero primero el partido del viernes. El clásico me tocó jugarlo y fue muy lindo. Ojalá pueda volver a estar, va a ser distinto, con nuestra gente y ya habiendo vivido un partido así. Pero primero Tigre.

Palabra de Bebelo.