El PF de Talleres, Mauro Cerutti explica las razones por las que Pablo Guiñazú, a los casi 39 años, tiene una forma física admirable y es el jugador que más pelotas recupera en Primera División.

Para que Pablo Guiñazú, con casi 39 años –los cumple el 26 de agosto–, sea el jugador que más recupera pelotas en Primera División y el sexto que mejor pases da (93 por ciento de efectividad) confluyen varios factores, no sólo sus cualidades genéticas. Mucho tienen que ver el tipo de entrenamiento y el seguimiento que recibe de los preparadores físicos del plantel: Mauro Cerutti, el responsable del plantel profesional, y Alexis Olariaga, el PF institucional.

"El secreto es que tiene motor 3.8. En las prácticas siempre dice: 'Tengo el chasis deteriorado, pero adentro tengo un motorcito 3.8 que me hace andar. Yo lo cargo por¬que tenemos la misma edad. Los modelos '78 somos los mejores", bromeó Cerutti en una entrevista con Mundo D para hablar del fenómeno "Cholo".

Pero puesto a explicar las claves de la preparación física del capitán de la "T", Cerutti explicó: "No es que corra como un chico de 20 años. Sabe correr la cancha, que es distinto. Corre mucho porque recupera tanto como lo que juega. Siempre la primera opción de pase. Su gran mérito como recuperador es su función táctica. Recupera, pero entrega todas bien. Tiene más del 90 por ciento de efectividad en ese aspecto. De 10 pases, nueve los da bien".

La cuestión pasa por conocer cómo se trabaja la base física de un jugador que, además, reú­ne el equilibrio perfecto entre lo técnico, táctico y estratégico. "Tratamos de que su musculatura esté siempre fuerte, que fortalezca piernas, zona media y core, y que complete procesos óptimos de recuperación y descanso, post esfuerzo, de 48 horas Además, evitamos ejercicios que impacten sobre sus articulaciones, sobre todo en las rodillas, y que tenga una buena alimentación", señaló.

–¿A él se le permite descansar un poco más que al resto de los jugadores del plantel?
–No se trata de si duerme un poco más. Tiene la ventaja de haber jugado varios años en Brasil, donde se juega cada tres o cuatro días. Su recuperación es óptima, a la par de los jugadores más chicos del plantel. En esta última seguidilla de cuatro partidos su rendimiento físico fue perfecto. En los reportes de distancia y de volumen total de carreras que hacemos de cada jugador tras cada partido, sólo mermó en algunos momentos muy puntuales del último partido, contra Godoy Cruz. Mantuvo siempre la intensidad y el volumen de carreras.

–¿Y la alimentación cómo encaja en este proceso?
–Necesitamos que esté siempre en peso y no se vaya para abajo, por su gran desgaste físico. Si pierde peso, puede perder músculos. Y a veces es preferible que esté un poquito más gordo y no que pierda musculatura.

–¿Tiene resto como para jugar un año más todavía?
–Claro que sí, pero depende de sus ganas de seguir haciendo el esfuerzo. No hay motivos para suponer lo contrario. Y de que siga manteniendo esa fuerza mental que lo impulsa a ir siempre a más.