Sergio González, gran volante ochentoso y noventoso de Instituto que jugó hasta los 37 años, opinó sobre la calidad y la vigencia de Guiñazú.

La vigencia de Pablo Guiñazú (es el jugador que más recupera en Primera División y el sexto que mejor la pasa -93 por ciento de efectividad-) sigue dando qué hablar. Por caso, Sergio Nelson González, el gran volante que tuvo Instituto entre los 80 y 90 y que jugó hasta los 37 años, y cuyo liderazgo futbolístico fue muy parecido al del volante de Talleres. Era tanta la calidad del "Rulo", que quienes adherían a su juego, juraban que era brasilero.

“Se llega a esa edad y a ese nivel porque disfrutas del juego. Lo está haciendo y en un gran club. Se le hace mucho más fácil. Sus condiciones físicas son óptimas. Le ayudaron al fútbol que puede producir, más allá de la entrega que tiene en cada partido”, dijo “el Rulo”, quien, luego analizó las virtudes del “Cholo”.

La vigencia. “Quizás para los jugadores de mi época haya sido más fácil. Había muchos espejos. Desde chicos había dónde mirarse. Jugadores con vasta trayectoria, líderes totales dentro y fuera de la cancha. Uno trataba de ver y sacar lo mejor de cada uno. Luego, había que transmitírselo a los más chicos. Hoy las edades se han comprimido. Es más complicado. Pero Guiñazú tiene una vasta trayectoria y la hace pesar. Minuto a minuto. Nadie le regala nada por ser Guiñazú. Es uno de los pocos espejos que hay”.

Cuidado personal. “Es casi todo. Cuando se hizo desde chico y se vivió para el fútbol, de grande se hace mucho más fácil jugar. Se sabe qué conviene y qué no. Pero no dejás de hacer cosas. Comés asado con los amigos y estás en familia. Al fin y al cabo, sos humano. Pero no hay lugar para los excesos”. La formación. “Es muy importante. Subió de chico al plantel de Newell’s. Guiñazú tenía claridad de pensamiento. Nadie lo apartó de ese camino. Por eso logró tanto. Llegó a la selección argentina. Y sigue ganando cosas. Ahora con Talleres”.

Lectura de juego. “Te lo dan los años. Es cierto que corre mucho para la edad que tiene. Pero corre bien la cancha. Su orden es increíble. Jamás lo van a tomar mal parado. En defensa o en ataque. Es una rueda de auxilio. Su calidad técnica es increíble. Hay que sacarse el sombrero ante Guiñazú. Lo que lo deben disfrutar los compañeros. Y los pibes de las inferiores, deben reflejarse en él”.