Ascendió como titular indiscutido, pero en Primera apenas jugó media hora, desde el banco. Al principio le dolió y aún así, no se sintió dejado de lado. "Si el técnico me lo pide, juego de delantero", no lo dudó.

Llegó a Talleres como un volante que, por vocación ofensiva, era casi un punta. Aprendió la función de lateral e incluso jugó de doble cinco. "Y si el técnico me lo pidiera, hasta jugaría de delantero", afirma sin titubear.

Es que Ivo Cháves, de ser un infaltable en los dos ascensos consecutivos de la T, pasó a mirarlo desde afuera en Primera, jugando apenas media hora en el segundo tiempo frente a Colón en el arranque del torneo y por la lesión de Lucas Krupsky.

El salteño lo acepta sin quejas, no se lo escuchó alzar la voz. Sin embargo, no se resigna y en un torneo que está por iniciarse para Talleres, nada menos que en la visita a Boca, quiere volver a sentirse parte del equipo.

-¿Cómo manejás esto de no integrar la formación?
-Es difícil. Es la primera vez en mi vida que soy titular. Tengo apenas 23 años, pero no me había pasado nunca ir al banco. Ni a los 18 años, cuando llegué a Gimnasia y Tiro de Salta y era un mocoso. Cuando llegué a Talleres lo hice con perfil bajo y también me gané la titularidad. En el Federal A fui de los que más jugué, junto al arquero Lucas Ischuk. Y en la B Nacional estuve en todos los partidos. El cambio es muy abrupto.

-¿Sentís que fue injusto?
-Al comienzo me dolió. Me rompí el alma por Talleres y de tanto soñar con jugar en Primera con esta camiseta, ahora no me toca entrar. Pero no me dejó llevar por calenturas del momento. Le pasó a jugadores que son unos fenómenos remarla desde atrás y aunque en Talleres me hice un nombre, sería de soberbio pensar que por llamarme Ivo Cháves tengo que ser titular.

"Kudelka es un señor, y confió en su palabra, en que jugará el que ve mejor. No me siento dejado de lado pero al principio me dolió".

-¿Cómo es tu relación con Kudelka?
-El técnico es un señor. Y confió en su palabra de que jugará el que mejor ve. Por suerte, el equipo anduvo bien y así es más difícil tocar las piezas. Estos seis meses que pasaron fueron de aprendizaje. Me cuido todo el tiempo, en todo aspecto. Y aun con altibajos en lo anímico, en todo momento traté de aportar lo mío al grupo. Lo de Leo (Godoy) es parejísimo, de una regularidad asombrosa, y me toca alentarlo y apoyarlo. Así lo hacían conmigo, ya así debe ser. Pero si el técnico me lo pidiera hasta jugaría de delantero. Donde me lo pida, por las ganas que tengo de volver a jugar.

-Hablás de Godoy como competidor del puesto. ¿Ya te asumís como lateral derecho?
-Creo en la polifuncionalidad. Jugué un campeonato entero en esa posición, asimilando lo de la marca, que no era mi escencia. Darío (Kudelka) me enseñó mucho del puesto. Y lo tengo que seguir puliendo. Además, los volantes de Talleres tienen un rendimiento altísimo. Y en este esquema el rol es otro, con ritmo y panorama distinto.

"Cuando salgo de las prácticas y hay hinchas esperando para saludarme y darme su afecto, me voy a mi casa con un nudo en la panza porque quiero jugar".

-¿Perdiste terreno por haber aceptado ser doble cinco en aquel clásico amistoso con Belgrano?
-En ese partido todavía faltaban refuerzos por llegar, el plantel se estaba armando para el torneo y me acomodé a la necesidad de ese momento. Y creo que no lo hice mal, pero tampoco soy necio. Estaba más para lateral.

-¿Qué pasará con Cháves si no te toca volver a ser titular?
-(Piensa). Nunca me tocó el extremo de sentirme dejado de lado. Cada vez que salgo de una práctica la gente me saluda en el portón, me hace sentir su afecto. Y me voy a mi casa con un nudo en la panza. Con bronca porque lo normal es querer jugar y porque no me conformo con sólo integrar un plantel. Pero decidí no irme, sé que esto también me ayudará a crecer como futbolista y quiero a pensar que futuro tengo que jugar. Espero esa posibilidad. El domingo vamos a la Bombonera, algo hermoso como fue estar en los amistosos en cancha de San Lorenzo, en el Monumental. Empieza otra historia.

-¿Te arrepentiste de no haber aceptado alguna propuesta para cambiar de club? ¿Hablaste del tema con Fassi?
-Mi relación con Fassi es magnífica y siento tranquilidad por su valoración hacia mí. Es un orgullo el concepto que tiene de mí como futbolista y en lo personal, y eso me lo gané. A fin de año hablamos y le dije que me quedaba, no por ser una figurita de la etapa de los dos ascensos, sino porque quiero ser importante. Había posibilidades de pasar a otro equipo y preferí quedarme y cuidar lo que tengo. Muchos quisieran un lugar en Talleres.

"Trato de entender la situación y sumar. Pero eso no me quita el deseo de entrar a la cancha. No es lo mismo festejar de afuera".

-Un caso similar al tuyo fue el del paraguayo Burgos, y se fue. También Eial Strahman armó las valijas…
-El que diga que le da lo mismo jugar o no, te miente. Yo trato de acompañar, de entender la situación y sumar. Pero eso no me quita el deseo de ser entrar a la cancha. No es lo mismo festejar de afuera.

DE LOS PREFERIDOS. Ivo Cháves entró al corazón del hincha de Talleres por ayudar a romper el maleficio del Federal y formar parte del grupo que devolvió al club al círculo máximo. Aún siendo de afuera, como Rodrigo Burgos y hasta el propio Eial Strahman, otros de los futbolistas reconocidos por la gente.

"El cariño con los hinchas es mútuo. Estoy re contra agradecido por lo que me transmiten en la calle, en todos lados. Eso deja huella y siento que el respeto me lo gané. Es el motor para seguir y la energía para entrenar más fuerte por un lugar", aseguró. Y con la tonada salteña que no pierde, pese a que lleva más de tres años en Córdoba y en el Mundo Talleres.

-¿En quién te apoyás más?
-En mi familia, es la que siempre está. No hay como el viejo y la vieja. Me escuchan en todo momento, y hasta por mensaje de texto se dan cuenta si no estoy bien. En los momentos negativos, cuando veo todo lo que ellos hicieron en la vida, eso me da fuerza.

-¿Qué disfrutaste más? ¿Salir del Federal o ascender a Primera?
-Fue un desahogo ascender del Federal A. Por la impaciencia que había, porque no podía haber más postergaciones y porque fue mi primer logro con esta camiseta desde que llegué de Gimnasia y Tiro. Y después de las finales perdidas el año anterior. A la B Nacional llegamos más envalentonados, y se veía que podíamos ascender de nuevo.

-¿Cuál fue tu mejor partido en Talleres?
-Por suerte hubo varios. Ese con Newell’s por Copa Argentina en Rafaela, con el triunfo con dos goles míos, me dejó marcado. De todos modos, esa final con All Boys el día que subimos a Primera es inolvidable.

-¿Qué debe tener Ivo Cháves para ser un jugador de Primera?
-El grado de concentración es máximo. Acá te equivocás y no te lo perdonan. La intensidad de los partidos no te da licencias. Y me siento preparado.

El CHOLO, GANDOLFI Y KOMAR. Además del respaldo de los hinchas albiazules, y del pilar que significa su familia, Ivo Cháves resaltó la contención dentro del plantel, sobre todo de parte de un líder natural como Pablo Guiñazú.

"El Cholo es un fenómeno, no descubro nada al decirlo. En verdad lo disfruto, en lo futbolístico y más que nada como compañero por todo lo que me enseña", destacó.

-¿Qué jugadores te sorprenden por lo que están mostrando?
–Me sorprende el profesionalismo de Javier Gandolfi. Cómo se brinda. Entrena como si tuviera 20 años, es el primero en la fila. También la evolución de Juan Cruz Komar y todo lo que creció Guido (Herrera). Y están Pipe (Victorio Ramis) y Bebelo (Emanuel Reynoso), que tienen el techo más alto. Los veo desde que eran más chicos y están asentados en Primera.

-¿Cómo llega Talleres al tan ansiado debut y con Boca?
-La espera se hizo larguísima y el equipo está en un buen momento. Por eso no queríamos esperar más para empezar a jugar, porque el fútbol es eso, momentos. Estamos al pelo, los que son titulares y los que corremos de atrás también.

-¿Y para qué está el equipo?
-Talleres ya demostró que le puede hacer frente a cualquiera. Con un poco más de eficacia en el arco habría terminado el año más arriba todavía. Creo que se puede hacer un buen colchón de puntos y soñar con cosas importantes.