El entrenador Frank Darío Kudelka quiso meter un "refresh" ofensivo, pero a fin de cuentas, la ineficacia primó en el ataque de Talleres.

Todo puede relativizarse por el resultado deportivo. Pero a Talleres, mucho le ha costado armar juego, más allá de las situaciones que generó y que fueron más que las del equipo local, en la derrota 2-1 con Aldosivi, el sábado en Mar del Plata.

Las situaciones que desperdició, merced a algunos arrestos individuales como un remates de Palacios o cruces de algunas pelotas detenidas, en su mayoría poco dependieron del traslado y del desarrollo de las jugadas.

Por ello, en virtud de “ir a la carga”, el equipo terminó acumulando jugadores en un desorden ofensivo y eso ni le garantizó el empate. Como será, que el descuento de Leonardo Gil, llegó por un tiro libre, con magistral ejecución del Colorado.

Si la intención del DT fue la de "lavar" el juego ofensivo, al final terminó superponiendo jugadores que perdieron espacio y claridad.

La salida de Nicolás Giménez le quitó chances de creación a Talleres. El entrenador entendió que había que resignar al ex Chicago para el ingreso de Matías Vuoso y del Hachita Ludueña (suplantó a Guiñazú).

Así dejó expuesto (y cumplió con creces) a Gil parado en solitario por delante de la línea de cuatro y sumó a Bebelo Reynoso (para ayudar al Hachita) en reemplazo de Menéndez.

El antes y el después del equipo de barrio Jardín en un partido sin eficacia ofensiva.

Por ello se alineó con Palacios (no encuentra aún ni el gol ni el juego que muchos esperan del tucumano, condiciones le sobran), Ludueña y Reynoso para que Vuoso se sumara detrás o a la altura de Strahman. Al rubio delantero le quitó espacios y no fue eficaz la inclusión del Toro, aún falto de rodaje.

El "vaso medio lleno" para el entrenador albiazul es su vocación por la búsqueda, aún arriesgándose al contragolpe. El equipo terminó quedándose en el intento.

Lo mismo sucede con Ludueña, que no logra llegar a estar a punto. Reynoso sumó juego, un poquito, pero quedó la idea flotando (es fácil quizás hablar a resultado puesto ahora) de si quizás era la chance para Ramis (un jugador “livianito” que se mueve por afuera y por adentro). Quedó esa sensación de que se amontonaron demasiados jugadores arriba. Y la ineficacia no cambió.