La “T” sorprendió a Racing y empató en Avellaneda. Algunos hinchas albiazules pudieron seguir el partido en el Cilindro.

Es una lástima que el público visitante todavía no pueda volver a las canchas en el fútbol argentino en sus categorías superiores. Si así fuere, los hinchas de Talleres hubieran disfrutado ayer en el Cilindro de Avellaneda, in situ, el regreso del equipo a la Primera División después de 12 años con el orgullo y la alegría que supone un acontecimiento de estas características.

Talleres jugó ayer su partido número mil en Primera División de la AFA y al pisar sus jugadores el empapado campo de juego del estadio de la Academia dejaron por fin atrás un letargo de muchos años deambulando en el ascenso y dejaron después, durante el encuentro, bien sentadas las razones por las cuales a la “T” se lo sigue considerando un grande del fútbol argentino.

Con sólo tres jugadores que venían del torneo anterior como titulares (Guido Herrera, Carlos Quintana y Pablo Guiñazú), con una mayoría de futbolistas nuevos y con otros dos como Rodrigo Burgos y Aldo Araujo, que venían del Federal A, Talleres se le paró de igual a igual a un carteludo de Primera División. Y con mucha personalidad logró conseguir algo imprescindible para un equipo debutante en la máxima categoría, y que llevaba tantos años sin jugar este torneo: no perder.

El empate 1 a 1 fue recibido con beneplácito por el entrenador Frank Kudelka, por el presidente del club Andrés Fassi y por todo el plantel albiazul. Es que Talleres llegaba al debut de ayer con muchas incógnitas en cuanto a su funcionamiento y siendo consciente de que este equipo en construcción iría de menor a mayor. Pero había que demostrarlo. Y así lo hizo.Con apoyo en las tribunas

La mayoría de los hinchas albiazules tuvo que ver el partido por televisión. Pero, como siempre, algunos lograron filtrarse con las tretas más inverosímiles y sorpresivas dispuestos a no perderse lo que consideraban un hecho histórico. Así, en distintos espacios de la cancha aparecieron los más persistentes seguidores del equipo por su prolongado paso por el Torneo Federal A y la B Nacional.

Por ejemplo, “el Colorado” René Battán, quien desde la década del 60 se las arregla para ir a cualquier cancha donde juegue la “T” y que ayer se las ingenió para ver el partido desde una tribuna del Cilindro, camuflado entre los hinchas de la Academia.

O también los hermanos Daniel y Ariel Quinteros, quienes con el de ayer llegaron a los 170 partidos seguidos de visitante apoyando a la “T”.

También estuvo “Tato Talleres” (así se hace llamar este hincha), quien desde 1999 suma kilómetros y kilómetros siguiendo al equipo de barrio Jardín. O también Enrique Cejas, quien perdió la cuenta de cuántos partidos siguió a la “T” fuera de Córdoba y que en su Facebook cuelga la foto de cada ómnibus que fue tomando a los distintos puntos del país llevando un irreprochable registro virtual de sus excursiones.

Todos, de una manera u otra, sintieron lo mismo que los jugadores albiazules: felicidad, satisfacción y orgullo de pertenecer. Eso fue lo que resaltó al final del partido el arquero Guido Herrera, uno de los “sobrevivientes” del plantel de la B Nacional y que ayer tuvo su bautismo en Primera División. “Estamos muy satisfechos, muy contentos. Teníamos que demostrar que este equipo podía pararse de igual a igual contra un grande del fútbol argentino como Racing y en su cancha. Por suerte lo conseguimos, pero además lo hicimos mostrando mucha personalidad. Ellos, salvo en los primeros cinco minutos, nunca nos superaron. Y nosotros tuvimos las mismas posibilidades para ganar el partido”, evaluó el arquero.

“Este resultado es un gran impulso para nosotros. A medida que se vayan incorporando los lesionados y adecuándose los refuerzos, estoy seguro que Talleres terminará haciendo un buen campeonato. Ahora nos espera otro grande. River, en el Kempes. Y como lo hicimos hoy (por ayer), vamos a salir a ganar”, cerró Herrera, quien como todo Talleres quedó conforme con el debut del equipo en Primera División.