Vuelve por los días felices. El hincha de Talleres convive por estas horas con el orgullo de un presente que le sonríe a pleno. Invicto de 34 partidos, asistencias récord, el ascenso al alcance de la mano... Atrás parecen quedar definitivamente las penurias de 12 años con alegrías en cuentagotas, añorando un pasado cada vez más lejano. Sí, Talleres amenaza con recuperar ese protagonismo que, en los ’70, hizo replantear las estructuras de la AFA, en una época de ensueño para los viejos simpatizantes tallarines. Aquel fantástico pasaje de la “T”, al igual que este florecer institucional, se gestó a partir de dos debacles deportivas que terminaron por oficiar de disparador para un resurgir vigoroso. En 1973, Amadeo Nucetelli puso el pecho después que el equipo peleó el descenso en el torneo local. En 2014, Andrés Fassi tomó la conducción del club en el subsuelo del Federal A. En ese juego de similitudes, la tribuna albiazul se ilusiona con volver a poner a Talleres en boca de todos. ¿Será?

Hace cuatro décadas. Ocurrió un 5 de mayo de 1976. Talleres ya era el fenómeno del que hablaba el país y por ello no extrañó que César Menotti, director técnico de la selección, eligiera a los de barrio Jardín para un amistoso de preparación en el proceso previo al Mundial ’78. El episodio parece inimaginable en nuestros días, tanto o más que el resultado del encuentro: empate 1-1 contra un equipo que tenía a nueve futbolistas que dos años más tarde serían campeones del mundo. La selección formó con La Volpe; Tarantini, Olguín, Daniel Killer y Carrascosa; Ardiles, Gallego y Bochini (Brindisi); Houseman, Luque y Kempes. Talleres, dirigido por Rubén Bravo, puso a Quiroga; Ocaño, Luis Galván, Binello y Avellaneda; Luis Ludueña, Oviedo y Valencia; Bocanelli, Humberto Bravo (Fachetti) y Cherini (Alderete). “El Loco” Houseman, primero, y Fachetti, después, anotaron los goles en un partido con resultado “lógico” por el trámite y de definición previsible por los pronósticos. Tal la dimensión de ese Talleres setentista. Otro tiempo, claro está. ¿Volverá?