Claves. El delantero dice que no hay goles sin sacrificio. Por eso, siempre está ahí para anotar.

El gol no siempre viene solo. Es una moraleja conocida para los especialistas como Eial Strahman. El tanto que le hizo a Ferro fue para ponerlo en un cuadrito y mostrárselo de cuando en cuando a los aspirantes a goleadores, para que sepan cómo un cabezazo puede tener una potencia parecida a la de un remate con el pie más hábil. El córner de Nazareno Solis llegó al lugar indicado y el rubio salió del área chica para poder conectarlo. Fue gol y Talleres ganó, con un gol que nació en la semana.

“El movimiento fue trabajado en la semana. Sabía que podía llegar ahí. Si se complica, la opción es peinarla para que entre alguien. Que Solis y Victorio Ramis también vengan derechos ayuda a este momento del equipo. Era una falencia que tuvimos el año pasado en la que llegábamos mucho y no convertíamos. Si seguimos así, lo que tenemos que hacer es seguir firmes atrás para que no nos hagan goles y así podremos llevarnos los tres puntos donde juguemos”, le dijo Strahman a Mundo D.

–Así como los goles, cada triunfo tiene una valoración distinta. ¿Cómo repercutió el 2-1 ante Ferro?
–Fue un triunfo importante. Pero uno más. Nada del otro mundo. Ferro es un gran equipo que nos dominó hasta el 1-0. Ahí empezamos a mejorar y terminamos siendo superiores. No nos vuelve locos el triunfo; nos llena de confianza. No hay que relajarse. Fueron tres puntos más.

–¿Y tu momento?
–Lo dije desde que llegué el año pasado, hay que aprovechar los minutos que me de Kudelka. Sean cinco minutos o 90 como ante Ferro. Hay que aprovechar al máximo para poder aportar mi granito de arena. Creo que las cosas me están saliendo bien. Kudelka siempre respeta los rendimientos. Si ando bien, me da la posibilidad de jugar. Eso me llena de confianza.

–Fuiste el goleador del ascenso. Llegó el momento de arreglar la continuidad por seis meses y también una oferta importante. ¿Lo evaluaste o no?
–Tenía ganas de continuar; la dirigencia quería lo mismo. Era cuestión de arreglar los términos. Estaba tranquilo porque se iba a dar. Apenas terminó el partido del ascenso en Formosa, dije: “Mi sueño con Talleres no termina acá. Quiero ganar más cosas”. Para eso peleo hoy. Cada vez que un futbolista renueva un contrato es la única chance de mejorar las condiciones, pero no hay que perder de vista que uno se debe al club. A la hora de soñar, uno piensa en llegar a lo más grande. Pero soy medido. Prometí sacrificio. Los goles y los rendimientos, a veces se dan; en otras, no. Pero el sacrificio tiene que estar. Siempre me sorprende el reconocimiento de la gente. No por los goles, sino más por el sacrificio. Ante Central Córdoba no hice goles y cuando salí, me aplaudieron. Me tocó ir a lugares donde los hinchas no podían ir como a Formosa y fue increíble la cantidad de gente que hubo. Fuimos a General Roca y también estaban. Salen de abajo de la tierra. De todos lados. En el Kempes, ni hablar.

La competencia

–Se recuperó Velázquez y volvió Klusener. Aumentó la competencia, pero seguís jugando...
–El año pasado también fue difícil. Velázquez tuvo lesiones que me permitieron empezar jugando. No fue el caso de este año, que me tocó empezar desde el banco. Pero eso tiene que ver con la posibilidad de aprovechar los minutos que a uno le den. La competencia es sana. Con Javier y Klusener nos llevamos muy bien. Se apoya al que juega. Ahora me toca a mí y siento el apoyo incondicional de ambos. Y si el día de mañana cambia, apoyaré. Está en mi bancarme la posición y tratar de que el DT no dude en seguir poniéndome.

–Hay un Talleres que no se ve. Es el que se vive en el vestuario. ¿Cómo es?
–La unión del grupo es clave. Como el año pasado. En ambos, hubo planteles grandes. No es fácil, sobre todo para el DT. Todos nos esforzamos; algunos juegan y otros, no. Es difícil de sobrellevar. Pero todos aportan. Lo mejor es que el equipo vaya hacia adelante. Me gustó que Barrionuevo haya vuelto a estar concentrado. Aporta mucho y le agradezco a Guiñazú que previo al juego me mandó un mensaje de aliento.

–¿Y futbolísticamente?
–Estamos haciendo bien las cosas, aunque tenemos mucho por mejorar. Ganando se hace más fácil, pero hay cosas para corregir y éste es un equipo humilde que lo sabe. Me deja tranquilo que el equipo sale a la cancha y cumple con las expectativas. Hay que demostrar. Hemos jugado bien o mal, pero casi siempre sacamos el mejor resultado. Nos llena de confianza, pero tampoco hay que volar. Tuvimos un arranque excelente. No tapa virtudes ni defectos. Hay que repetir lo bueno y mejorar lo que no sale tan bien. Cada rival te conoce más. No hay extraños en el fútbol. Somos todos conocidos. No hay que relajarse. Si te relajás, perdés.

–Talleres trae el mejor prólogo para el clásico e Instituto viene de perder. ¿Qué valor tiene cada caso?
–Instituto es un equipo que hace años viene peleando en la categoría. El plantel viene desde el año pasado. No se le están dando los resultados, pero sigue siendo peligroso. En el medio está Correa que mueve muy bien el balón. En el amistoso, nos superaron por momentos. Entonces hay que tener cuidado. No le doy importancia a cómo vienen. Cada partido es diferente. El partido con Instituto será una final más.

Albiazules


Regreso. A las 9 y en la Boutique, el plantel inicia los preparativos para recibir a Instituto, el próximo martes a las 21.05.

Encina y Guiñazú. “El Sapito” viene superándose y el DT definirá si va de arranque o continúa siendo suplente. Guiñazú, en tanto, podría estar disponible tras la fractura de maxilar izquierdo.