El goleador Eial Strahman y el autor del gol del ascenso, Victorio Ramis, unidos en un grito. “Fue una campaña histórica”, coincidieron. Y repasaron juntos los festejos con los que la T volvió a ser de la B.

La voz de Eial Straham, potente, gruesa, de locutor, da para que te cante un gol. Gritó 14 propios y gritó como desaforado el de Victorio Ramis en Formosa, el último de los tres que convirtió, el del ascenso a la B Nacional. “Ahora ya no me queda voz, tanto cantar”, aclaró el artillero albiazul. El hit que más entonó, el “dale campeón, dale campeón...”.

Justamente, para celebrar el título que devolvió a Talleres a la B Nacional, el plantel y el cuerpo técnico a pleno, junto a la dirigencia que encabeza Andrés Fassi, levantó las copas en el tradicional brindis en La Voz del Interior.

Y se repitieron los abrazos. Como en la cancha, como en cada gol, como el acto reflejo típico de los delanteros de área. De esos que en Talleres abundan, porque además de Strahman y Ramis, la competencia se ponía ardua con Javier Velázquez y Marcos Godoy. Cartas de triunfo para un Talleres que dio el salto de categoría.

“El gol que más me gustó de Eial fue el que hizo en San Luis (1-1 contra Juventud Unida por el Tetradecagonal). Fue en un centro y la cruzó de cabeza. Tiene un martillo en la cabeza”, elogió el Pipe Ramis.

“No me faltó nada. durante esta campaña cumplí todos los objetivos grupales e individuales. ¿hacer un gol de chilena? ojalá pueda quedarme en el club y convertirlo el año que viene”, dijo strahman.

“El gol de Pipe fue el del ascenso en Formosa. De todos modos, me gustó mucho el que le hizo a Chaco For Ever (2-1). Yo esperaba un centro, como todos, y al mismo tiempo esperaba que no lo tire porque no llegaba. Le salió una bomba fantástica para abrir el partido”, correspondió Strahman.

Siguen hablando de goles, la palabra más utilizada en su manual del delantero. Strahman coincide en que el que anotó en San Luis valió mucho: “Por lo que significó para el equipo, para empatar ante un rival que se nos hizo complicado, y porque viejo de un centro de Juan Pablo (Francia), con una de esas pelotas que uno espera que ponga un jugador de su categoría”.

Y Ramis también gritó mucho ante los chaqueños. Y sin embargo, no tanto como el del consagratorio 1-0 sobre Sol de América. “Antes había tenido una y me salió mordida de zurda, no la puede agarrar bien. Y me lamentaba por no haber podido convertir el gol del ascenso. Minutos después lo hice”, resaltó todavía con la emoción a flor de piel.

¿Y como conviven dos delanteros de área en una misma formación? Responde Strahman. “Cuando no me la pasa, por ahí soy de putearlo je... La verdad, éste es un grupo muy solidario y el Pipe me busca siempre, cero mala intención. Sin ir más lejos ante Unión Aconquija tiró un centro en el que fui al primer palo y terminó en gol de Víctor (Beraldi). Si era más corto, la metía yo”, recordó.

“Se me hace un poco difícil ir por la derecha, salir del área. Entré por la lesión de Ezequiel (Barrionuevo), lamentable por cierto, y traté de adaptarme, de aportar la cuota de sacrificio que me pedía el entrenador. Y de vez en cuando me meto al área como en Formosa para que no todos los goles sean de Eial”, completó Ramis con sonrisa de picardía.

Desde adentro

“SimplemenT gracias! EsT es el primer gran paso hacia un futuro giganT como nuestra gente, nuestro club y nuestra historia!”. Con alma albiazul. Así escribió Eial Strahman en su cuenta de Twitter las impresiones por el logro conseguido, el de ascender a la B Nacional.

Es que “Palermito” es fanático de Talleres. Y no dudó en sumarse como refuerzo a comienzos de año, aún sabiendo que sería el cuarto delantero del plantel.

“Fue una sana competencia, con varias alternativas por puesto. Y los que muchachos que no jugaron tanto también fueron importantes en otras funciones. Es difícil conseguir objetivos cuando hay problemas dentro del vestuario y este equipo no los tuvo”, destacó el artillero de la T.

Ramis también empezó el año consciente que debería pelearla desde atrás. Incluso en más de una oportunidad bajó del plantel profesional al Tallerito, donde también se lució como goleador. “Todos quieren jugar, más en un puesto como el mío donde además habíapara elegir, con delanteros de experiencia. Aprendí de todos. La forma de cabecear de Eial, la técnica para enganchar de Javi (Velázquez, la fuerza de Marcos para acomodar el cuerpo”, sintetizó.

A esas virtudes, le agregó el olfato de goleador innato y la mandó a la red para el gol del campeonato. “Como siempre lo soñé”, aseguró el pibe albiazul, al que no le faltó acompañamiento en Formosa. “Viajaron mi mamá Clara y mis hermanos, junto a la mamá de Víctor (Berladi) y su hermano. Mi papá Eduardo se quedó trabajando, festejando a la distancia”.

Para el recuerdo. “Lo que más me gustó de este Talleres que ascendió fue la inteligencia, entender como se juega este torneo. Saber en que momentos pegar y cuando cuidar la ventaja”, subrayó Strahman. “Perdimos un sólo partido en el año y ganamos los últimos seis en fila, algo que consiguen pocos”, añadió el Ruso, como lo apodan sus compañeros.

“Fue una campaña histórica y cumplimos el objetivo en un torneo muy duro”, coincidió la dupla.

“Una fiesta hermosa. Allá después del partido, con la gente que nos acompañó. Acá en Córdoba, en el centro, en la caravana del aeropuerto, en el Kempes. Inolvidable”, se emocionó Ramis.

Se dan un abrazo más. El Pipe recuerda una chilena de Eial en Bahía Blanca, que mereció ser gol. “Lo vi por la tele, en casa de mi tía. Al partido siguiente tiró otra. Si lo hacía ya no iba a ser una sorpresa”, aseguró. Y también le destaca el apodo de Palermito. “Están el Pistolero, la Pantera Velázquez... me voy a tener que poner otro apodo en vez de Pipe, a lo mejor Terminator Ramis”, aventuró.

Y festejan. Como en cada grito del ascenso al que se abrazó Talleres.