Victorio Ramis, clave en Talleres. “Soy hincha y, como ellos, también quiero ascender”, afirmó.

Es la madrugada en el hotel. Tres de la mañana, dice el reloj que mira Victor Ramis. Junto a él, Jony Acosta. Hablan. Se ríen. Comparten una noche en la que no pueden dormir pero en la que siguen soñando. Y el sueño es el sueño de todos los albiazules: que Talleres ascienda, que salga del Torneo Federal A para nunca más volver. Ramis vio los descensos de cerca: era alcanzapelotas en 2009 y estaba en el plantel que, a mediados de 2014, volvió a caer en desgracia. “Soy hincha de Talleres. Iba a ver los partidos como hincha y me volvía loco para que ganara el equipo. Ahora que soy jugador, siento lo mismo. Quiero que gane Talleres, que ascienda. No sabés cómo terminé el partido con Mitre. Nunca había vivido tantas emociones juntas. Por eso no me podía dormir. Era la madrugada y seguía despierto con Acosta”, describe Ramis, de 20 años.

“Tantas emociones juntas”, decía y hacía referencia a la tremenda serie que Talleres le ganó a Mitre en el Kempes. El equipo perdía 0-1 y lo empató. Al toque, llegó el 2-1 de los santiagueños y, cuando faltaba nada para la eliminación, Ramis metió el 2-2 que devolvió el alma al cuerpo a miles de hinchas y provocó los penales.

“Cuando nos metieron el 2-1 me quería morir. Y cuando lo empaté... no tengo palabras para decirte lo que pensé. Fueron muchas emociones juntas. Locura, todo. Y, después, en los penales, igual. Estaba tan nervioso que me movía de la formación que estaba en la mitad de la cancha y mis compañeros me pedían que volviera al lugar en el que estaba cuando Costa atajó uno de los penales, ja”.

Victorio le dedicó su gol a Romina, su hermana. En la tribuna estaban ella y el resto de la familia: Andrés, su hermano, y Eduardo, su papá, y Clara, la mamá. “Me han bancado miles de veces”, destaca y apunta que tiene contrato en el club hasta 2017. Lo representa Fernando Hidalgo, uno de los más reconocidos en la materia. Toda una muestra de que la carrera de Ramis pinta lindo. El delantero viene siendo titular y, no sólo eso, viene siendo importante. Tiene 10 partidos en la primera albiazul y dos goles, que no son golcitos: el 1-0 ante Defensores de Belgrano en Villa Ramallo, en un triunfo que le permitió a la T volver a ser puntero en la Zona 5 en la 1ª fase. Y, claro, el gol salvador ante Mitre.

¿A qué hora se durmió el chico que hace los goles grandes? “Ni sé, hasta me puse a ver el video de cómo juega Gimnasia de Mendoza. Creo que podemos ganarles y ascender”. La fe de Ramis contagia.

El del 2-2 contra Mitre. Fue su segundo gol con Talleres en 10 partidos en la primera de la T. El otro fue a Defensores de Belgrano, en Villa Ramallo. Había debutado el 26 de mayo de este año, cuando la T empató 0-0 con Huracán, por la B Nacional.