La libreta del DT. El equipo puso en cancha la idea de Hoyos y la explotó al máximo. Fue muy ofensivo y pudo hacer más goles.

El señor de los pelos largos y rubios corre al lado de Ivo Cháves. Lo sigue. Le habla también a Beraldi. “Dale, Víctor. Para allá”. Después, se encula cuando Formica resuelve mal el final de una jugada. Y, después de todo eso, Guillermo Hoyos anota en una libreta que tiene en su mano derecha. Cada acción de juego, cada idea sobre ese partido de ayer ante Ferro quedó allí registrada.

Y sí, puede decirse que el partido que jugó ayer Talleres fue “de libreto”. Porque el plantel comprendió la idea “muy ofensiva” que intentó darle rápidamente el flamante DT. Y ayer, hasta los propios jugadores reconocían que empieza a verse la mano de Hoyos.

Con ese esquema arriesgado y marcado desde una base de un 4-3-3, la T se llevó por delante a un Ferro que amagó en los 10 primeros minutos con tener armas para dar algún susto, pero luego se desinfló. Y pudo perder por un marcador mucho más abultado.

A los 20 de esa primera etapa que arrancó pifiada para el local, se encendió Beraldi. En su zurda nació el 1-0, porque encontró solito al Tin Díaz, que encaró y casi entrando al área cruzó un remate que marcó el camino.

El 2-0 de Ivo Cháves (la figura), sobre el cierre de la etapa inicial, tras una gran jugada de Patito Rodríguez (otro que rindió en alto nivel), noqueó a Ferro, que ya no supo que hacer. Eso sí, a la salida del entretiempo tuvo una chance para descontar que sacó el mismo Beraldi en la línea. Ahí Talleres despertó de la mini-siesta y fue a terminar el trabajo Carabajal, que un minuto antes había errado un gol imposible, definió picándola sobre el arquero Crusat (a los 6 del ST), de cachetada, con esa ambivalencia propia de su talento, y fue el quiebre definitivo: 3-0. Godoy erró un par de goles más, hasta que Martínez puso el 4-0. Pudo haber otros gritos, porque la T buscó.

Pero fueron cuatro nomás. Hoyos, libreta en mano, celebró un triunfo que no se salió del libreto.