Talleres alcanza a Libertad en la cima de la tabla pero con un convencimiento débil y sin poder resolutivo. En el debut de Hoyos, empató sin goles en Chivilcoy, ante Independiente, con un rendimiento que convence más en los números que en la cancha.

Chivilcoy- Especial.- A Talleres le cuesta horrores asumir su condición de candidato natural al ascenso, y preso de esa paranoia, no consigue despegar, pero así y todo el campeonato le tiene piedad porque le sigue dando oportunidades, a pesar de que ayer en Chivilcoy mostró poco y nada.

Terminó empatando 0 a 0 ante Independiente, quizás en el final se lo vio más entero físicamente que su rival y lo acorraló por algunos pasajes, sin embargo, no pudo torcer el destino que lo tiene siempre a un paso de dar el salto y al final, se queda con todas las ganas. Por limitaciones propias en lo técnico pero sobre todo en lo psicológico, y en ese terreno poco puede reprocharse el nuevo DT Ángel Hoyos, quien tomó el equipo hace dos días y no desentonó de lo que venía haciendo su antecesor, Sergio Coleoni.

Es que tenía la gran chance el Albiazul de convertirse en líder provisorio de la Zona 5 del Federal A, porque el líder Libertad de Sunchales postergó el duelo ante Tiro Federal (los de barrio Jardín también tienen un duelo pendiente, ante Unión de Mar del Plata). Pero un débil oponente le neutralizó y hasta le generó zozobras. No obstante, de haber existido un ganador, ese mote era para Talleres. Porque Marcos Godoy tuvo dos chances claras y Agustín Díaz tampoco pudo capitalizar una gran combinación con Víctor Beraldi y Gabriel Carabajal. Pero nada más, porque un solo hombre en ataque termina cayendo en confusión, como Carabajal que nunca se definió ni como enganche ni delantero.

Entonces, la pelota se dividía, se chocaban las funciones, y el duelo transitaba sin obstáculos a una paridad absoluta. Otra vez falta de claridad, un mal crónico de este equipo que no logra solucionar la desconexión con el ataque. Ni Godoy ni Diego Martínez lograron sentirse abastecidos y cuando tuvieron la pelota, tampoco lastimaron. Era quizás la chance de verlos jugar juntos en ofensiva, pero Hoyos optó a seguir cambiando pieza por pieza, cuando el problema a esta altura ya es claramente estructural. La única vez que Talleres atacó con dos delanteros de entrada fue ante Alvarado pero esta vez resolvieron que Victorio Ramis en vez de ir con el plantel profesional a aportar con ese rol, lo dejaran en Córdoba para jugar semifinales de la Liga Cordobesa ante el “Belgranito”.

Entonces, lo de siempre: un solo delantero, muchos volantes, muchos carrileros, poca claridad, a pesar de que el final logró profundidad. Hoyos tendrá una semana clave ahora porque va con Alumni por Copa Argentina pero con vistas al cotejo ante Ferro del domingo, que aportará el oxígeno suficiente pensando en la final anticipada ante Unión. Por ahora, no dista mucho de lo que hizo Coleoni, de acuerdo a lo que mostró en Chivilcoy. El equipo no se siente candidato. Llegó arriba, eso sí, pero le pone incómodo ese rótulo, por eso, desde lo anímico también debe superar esa barrera para consolidarse y comprender que el torneo no le va a seguir dando de vivir con resultados ajenos como viene ocurriendo hasta el momento.

LA FIGURA
Germán Lessman. El delantero de Independiente fue el hombre más complicado de marcar para la defensa de Talleres, a pesar de su poca movilidad. De tiro libre tuvo la más clara. Algo de Díaz en Talleres y la firmeza de Herrera que se consolida.

EL ÁRBITRO
Bruno Bocca (Bien) Expulsó correctamente a Mozzo, por falta y tocar la pelota con la mano. Y entendió que no hubo falta de Costa sobre Lessman en la más polémica, en acertada decisión.

LA CLAVE
Talleres apostó a poca gente en ataque y se terminó embarullando con tantos volantes. No logró profundidad salvo en el final, ante un rival que le daba lo mismo ganar o no.