Julio Buffarini, campeón de la Libertadores con San Lorenzo, cuenta que en su paso por Atalaya y Talleres solía hacer malabares con una naranja en las esquinas, para ganarse una moneda. “No nos sobraba nada. Por eso lo vivido en Córdoba es inolvidable”, cuenta.

¿Cómo es el día después, levantarse de la cama con la imagen de la copa en las manos antes de dormirse? Julio Buffarini despierta del sueño y puede estar confiado de que fue realidad. La Copa Libertadores ya pertenece a San Lorenzo y él fue partícipe de ese título. El ex Talleres, nacido en la localidad cordobesa de General Cabrera, comparte su alegría con todos aquellos que lo acompañaron en su formación. Y claro, entre historias y anécdotas, salen a la luz aquellos episodios donde “remaron” más de la cuenta, en la adolescencia, persiguiendo el deseo de ser futbolista. Pocos deben saber que “Chacho” hacía malabares en una esquina de Avenida Rafael Núñez. Con naranjas, pasaba horas en un semáforo en busca de monedas, a cambio de piruetas. “Hicimos de todo para matar el tiempo y a veces el hambre. Que quede claro, hacíamos malabares más por diversión que por necesidad. No nos sobraba nada, por eso, una moneda de un peso, o un billete de dos pesos cotizaba mucho. Por eso lo vivido en Córdoba es inolvidable para mí y mi familia”, cuenta Buffarini, pronto a cumplir 26 años.

- ¿Cómo nació esa aventura?
- Comíamos con lo justo en la pensión entonces, nos quedábamos con las naranjas que nos daban de postre. Lo hacía con mi compañero David Boni. Y después de unas horas, con la poca guita que juntábamos nos íbamos al cyber. A jugar a los jueguitos. A veces comprábamos comida pero todo se iba en los “vicios” de intenet (risas).

- ¿Qué te dijo Piero Foglia, el coordinador, cuando te descubrió?
- Se “calentó” un poco (risas). Nos dijo que podíamos hacer quedar mal al club. Nosotros no teníamos mala intención. Nos divertíamos y de paso, nos hacíamos una moneda. ¡Las que me bancó Piero! Por eso lo quiero tanto.

- Siempre, en cada declaración, te acordás de Talleres...
- Es mi club, mi equipo, y pasé años hermosos. Me fui libre porque no me sentí valorado, y eso no es culpa del hincha ni del equipo. Son cosas que pasan pero ya es parte del pasado. Cuando puedo voy a verlo, lo sigo por radio siempre, espero que este año ascendamos. Me crié ahí, voy a estar agradecido siempre. Por eso la otra vez pasé por Atalaya, llevé unos botines y pantalones par ala utilería y hasta di una charla a los chicos. Me sentí cómodo.

- Ahora en San Lorenzo, ya amoldado de lateral derecho...
- Si, fue idea de (Juan) Pizzi, me dijo que por mi dinámica y proyección con la pelota, voy a rendir al máximo, por mi despliegue. Me trataron bien. En San Lorenzo aprendí mucho por jugar con tantas figuras, ver como entrenan, como hablan los referentes, cómo se expresan ante la prensa...Yo estaba acostumbrado a otra cosa. Y no reniego de eso. Las pasamos a todas en dos años y medio: peleamos el descenso, salimos campeones del torneo local, y ahora de la Libertadores. Los hinchas están enloquecidos.

Copa Argentina antes que Real Madrid. En medio de la charla con Julio Buffarini, se hizo inevitable tocar el tema del mundial de clubes a fin de año, donde podrían definir el trofeo nada menos que ante Real Madrid, plagado de estrellas. Sin embargo, “Chacho” destacó que primero está la Copa Argentina. “Perdimos la final la vez pasada ante Arsenal, jugando muy mal y quedamos dolidos. Me quiero sacar esa espina. Estamos a cuatro partidos de la revancha y te juro que a pesar de estar tentados con jugar ante Real Madrid, queremos ese desquite”.

-Pero vas a poder marcar a Gareth Bale o a Angel Di María, si no lo venden...
- Es cierto, pero primero tenemos que ganarle la semifinal al equipo de Centroamérica. Si algo aprendí en este tiempo, es a calmar la ansiedad, vivir la realidad. Sin dejar de soñar, está claro, pero consciente de lo que hacemos.

- Tinelli los invita a “ShowMatch”, como te ves para bailar?
- Nooo, soy más duro que el “Tirry” (risas). Lo mío con los pies es para jugar al fútbol, no para bailar.

Sinónimo y ejemplo de esfuerzo


Por Piero Foglia. Excoordinador de las inferiores de Talleres.

Conozco a Julio Buffarini desde que tiene 13 años, lo llevamos a la pensión de Atalaya después de una prueba que hicimos en su pueblo, General Cabrera y cada vez que tengo posibilidad de dar una charla a los más jóvenes, a la historia de “Chacho” la pongo de ejemplo. Pocas veces vi a alguien esforzarse tanto como él para llegar a una meta. Cualquier sinónimo de sacrificio le queda bien. Los adjetivos con los que se lo puede describir son con perseverancia, incansable, insistente, esforzado y sobre todo, consciente de sus limitaciones.

Cuando lo llevamos a Talleres lo trabajamos para que sea volante, porque de chico era delantero. Siempre quiso pulir sus errores, como la pegada y el juego aéreo. Fue perfeccionado esas carencias y no es casualidad que hoy sea campeón de América.

Su mentalidad es muy fuerte, no necesita el estímulo del crecimiento porque ya lo tiene incorporado. Sabíamos que iba a llegar. Y eso que en Talleres quizás no fue del todo valorado, pero de todas maneras, “Chacho” siempre agradece a todos. Nunca se olvida de los profesores y de cada una de aquellas personas que lo ayudaron en su formación profesional. Es muy grato, tiene muchos valores humanos y tiene más que merecido este premio que le llega. Lo ayudó el hecho de estar siempre consciente del objetivo que perseguía y estar equilibrado emocionalmente.

Debutó con 17 años, en la cancha de Defensa y Justicia, lo veníamos preparando con Daniel Primo y Luis Oste, desde chico mostró actitud y por eso, a pesar de su juventud se fue haciendo camino en Primera. Físicamente es dotado, necesitaba aplicar sus aprendizajes técnicos para terminar las jugadas puntualmente, y hoy ya es una realidad. Por eso lo pongo de ejemplo. Ojalá todos los jóvenes que empiezan a jugar lo tengan de guía, porque es una fiel muestra de que el esfuerzo a la larga trae sus frutos. “Chacho” lo consiguió.