Tremenda noche tuvo el equipo de barrio Jardín que, con autoridad y personalidad, eliminó a Newell’s 3-1. Enorme.

Paren el fútbol que me quiero subir. No es poca cosa Talleres. Haber sacado a Newell’s otra vez. Sí otra vez en la Copa Argentina y meterse en los octavos de final. Un triunfazo 3-1 sin atenuantes, con personalidad. Por eso Talleres no es poca Copa...

El maltrecho y vapuleado equipo de barrio Jardín. Ese que se comió todas las manos unos meses atrás, que besó la tierra resquebrajada del descenso. Al que se le cagaron de risa otra vez. Y el que entró en esa crisis interminables que solo puede propiciar la frase: “Sos del Argentino A”.

Pero el fútbol es el único lugar en el que podés tirar abajo todo y volver a construir. Es así. Siempre. Y Talleres, este maltratado Talleres, volvió a comenzar de nuevo. Llevando hojita por hojita hacia su nuevo hormiguero. Laborioso. En medio del duelo que da la pérdida de categoría. Pero un día, alguien lo dijo, se iba a volver a levantar. Primero pasó lo que se sabía que pasaría. Se fueron casi todos. La gran cantidad de jugadores que vinieron para fracasar en la B Nacional pasada y los valores rescatables que, sin mediar otra posibilidad que cambiar de aire o aprovechar las pocas que se le presentaban, se tuvieron que ir también.

Jorge Ghiso se quedó parado en el bulevar de los sueños rotos. Pero no había ni siquiera una melancólica y whiskera canción sabinesca que le sacara las últimas lágrimas de la frustración. Hubo que rearmarse. En la T aparecieron los “desconocidos” que se acoplaron al puñado de voluntades que no tuvieron otra que seguir, que aguantar y que esperar a que un nuevo sol los ilumine.

Anoche, fue el turno de estos que empiezan a sonar en los oídos de los hinchas. Los Costa, Los Mozzo, los Ivo Cháves. Talleres encuentra una reconversión en su juego con un Ghiso que parece que va encontrando el equipo que pretende. Se sabe que ante rivales del Argentino A deberá ser más protagonista, no tan en “espera” pero con lo visto en esta primera orejeada de cartas, el modelo nuevo de la T asoma con otra cara. Mejor atrás, con menos dudas que las acostumbradas, con una dupla de volantes con “presencia” y ahora con una pequeña deuda en ataque.

Diego Martínez, muy solitario anoche, aún espera por un socio que lo complemente más. Pero, en el camino a la fugaz temporada de transición que se avecina, Talleres comenzó ya su carrera de manera oficial, a la espera de reacoplar sus piezas, de pulir algunas cuestiones generales, se erige con esa ilusión con la que los hinchas (anoche acompañaron en gran número en Rafaela) tienen para alimentar, aunque de manera moderada.

El equipo albiazul demostró que tiene todas las posibilidades de apuntalarse hacia el comienzo de otra historia. Pero el fútbol es así, con las chances que siempre da de “renacer”. La T no ha sido poca cosa ante un equipo superior dos categorías por encima. Y en la Argentina tampoco es poca Copa. Maltrecho, dolido, golpeado. Tiene el derecho de volver a ser. Ojalá que así sea.

Síntesis


Talleres. Federico Costa; Pablo Cuello, Luis Herrera, Lucas Bovaglio y Elías Bazzi; Ivo Cháves, Agustín Díaz, Julio Mozzo y Patricio Rodríguez; Favio Álvarez; Diego Martínez. DT: Jorge Ghiso

Newell´s. Lucas Hoyos; Cristian Dí­az, Guillermo Ortiz, Víctor López y Milton Casco; Alexis Castro, Hernán Villalba y Lucas Bernardi; Martín Tonso, Ezequiel Ponce y Maximiliano Rodríguez.. DT: Gustavo Raggio.

Goles: PT, 11m Martín Tonso (N), 17m Julio Mozzo (T). ST, 4m Ivo Chávez (T), 20m Ivo Cháves (T).
Cambios: PT, 28m Enzo Beloso por Casco (N). ST, Rodrigo Cháves por Cuello (T), 22m Eugenio Isnaldo por Castro (N), 29m Víctor Beraldi por Álvarez (T), 40m Lorenzo Faravelli por Ortiz (N).
Amonestados: Mozzo, Díaz, Costa (T). Tonso (N).
Árbitro: Jorge Baliño.
Estadio: Atlético Rafaela.