Jorge Ghiso tuvo su primer día como entrenador de Talleres y ya se nota su impronta. Pese al optimismo, confesó que no se siente “salvador” y confía en la calidad del plantel.

El tipo que está ahí, tiene pinta de porteño bohemio, amante del fútbol bien jugado y demuestra que puede estar horas hablando del deporte que lo apasiona. El tipo que está ahí, hasta hace unos días estaba trabajando con la hija en un emprendimiento familiar y se emociona por “volver a sentirse parte”; recordando que en el último tiempo disfrutaba de ir a la cancha sin que lo “putearan”. El tipo que está ahí, está asociado a Instituto en Córdoba, y quizá por eso, en las últimas horas dos hinchas albirrojos que lo cruzaron tuvieron un doble discurso: uno, le deseó futuro de Argentino A; el otro, le tiró buena onda y le agradeció lo hecho por el equipo de Alta Córdoba. El hombre en cuestión es Jorge Ghiso, “Vitrola”, y es quien tiene la complicada tarea de mantener a Talleres en la categoría tras haber sido presentado ayer al mediodía en La Boutique.

Sonriente, carismático, entrador, verborrágico y optimista. Todas esas cualidades desplegó el flamante técnico a lo largo de los 45 minutos que estuvo hablando con los periodistas en uno de los salones de la cancha de Talleres. Y en el arranque, se definió mejor que nadie: “No soy el salvador y se lo dije a los jugadores. Pero ellos saben que soy el encargado de poner al que mejor esté y si a la gente no le gusta, prefiero que me insulten a mí y no al jugador”. Con esta frase, demostró la confianza con la que arrancó para con el plantel y la presión que le sacó a los jugadores por estas horas resistido.

Con un ascenso en Quilmes, un par de buenas campañas en Instituto y un reciente pasado en el fútbol chileno con Audax Italiano, Ghiso manifestó que “hay que tener experiencia para manejar situaciones que en otros lados no se presentan”. “No vine para que me vaya mal, creo que el plantel tiene jugadores para salvarse de la categoría. Vi el partido contra Independiente y el que jugaron contra Gimnasia de Jujuy, sin saber que iba a venir acá. Allí, vi dos rendimientos muy distintos, uno lejos en lo anímico y en lo futbolístico; mientras que contra Independiente creo que se jugó mejor, con otra actitud” agregó.

Manifestando que tratará de entrenar en doble turno –lo hizo ayer y lo repetirá hoy- casi todos los días, y la intención de tener cerca a Sergio Coleoni, el interino con el que ya habló en la primera práctica, Ghiso escapó de las matemáticas: “Por ahí se tienen que ganar siete de 11, pero también si ganás cinco te podés salvar jugando con los otros resultados. No soy contador, le escapo a los números, trato de mentalizarme en el partido ante Defensa que me parece el más duro de todos”. “Con (Diego, entrenador del rival del sábado) Cocca nos conocemos muchos, tenemos la misma escuela. Una vez me pegaba un ‘baile bárbaro’, pero se lo di vuelta en el segundo tiempo. Juega bien y son muy rápidos por los laterales”

Luego de la emoción que lo “interrumpió” en un par de ocasiones, quedó inaugurada la Era Ghiso en Talleres y la misión Permanencia ya está en marcha.

“Firmé contrato por un año, si llega a pasar lo que no quiero que pase, no tengo ningún problema en dirigir en el Argentino A”.

“Si el sábado vemos un equipo abatido desde lo anímico, y bueno, nos abracemos y lloremos porque no hay mucho margen”.

El gusto por el buen pie


“Sé que estamos en una situación que hay que ganar como sea. Pero si jugás bien, tenés más chances de hacerlo” la frase, pinta en plenitud la ideología futbolística de Jorge Ghiso. En un repaso por los clubes dónde le tocó dirigir, “Vitrola” destacó lo realizado en Atlético de Rafaela, “puse a (Patricio) Toranzo y (Alejandro) Faurlin para que tuviera orden”; en Instituto, “con (Facundo) Agustinoy, (Alejandro) Gagliardi, Faurlin, (Mauro) Bogado y (Jerónimo) Morales Neumann hicimos una campaña bárbara”.

Y, relacionando esto con el presente de Talleres, Ghiso manifestó: “Acá vi dos chicos que no juegan, un delantero flaquito (Victorio) Ramis y un petisito (Claudio Francés) que juegan muy bien, pero hay que llevarlos de a poco”. “En River vi jugadores como Higuaín, Mascherano, Ahumada, Conca, que en aquel momento a lo mejor estaban lejos del nivel que tienen algunos en Talleres hoy”, cerró optimista.