Talleres celebró sus 100 años de vida con todo. No faltó nada en la noche mágica, que finalizó a las 2 de hoy con el triunfo 1-0 sobre Pachuca.

El amistoso en la madrugada de este sábado con el que finalizó la fiesta del Centenario de Talleres, el equipo de Arnaldo Sialle jugó pensando y cuidándose para el partido del lunes contra Instituto, por la B Nacional.

Y a un Pachuca que no se resignó al papel de invitado. El club mejicano aportó las jugadas más claras. E incluso el público le reconoció con aplausos algunas de sus maniobras. A Cavenaghi fue el más reconocido por los hinchas.

Otro ovacionado fue “el Hachita” Ludueña. Talleres jugó el primer tiempo con los titulares, que seguramente disputarán el clásico contra la Gloria. Arnaldo Sialle, entrenador de la “T”, cambió todo el equipo para jugar el complemento (se disputaron dos tiempos de 45 minutos).

El partido fue un condimento más de la fiesta. Eso se reflejó en las tribunas, que se fueron despoblando a medida que avanzaba la madrugada. A los 41 del complemento, Juan Tévez anotó el único gol para que la “T” gane el partido 1-0 y la fiesta centenaria fuera total.

Inolvidable, El centenario lo ameritaba. Talleres se regaló una fiesta a lo grande, fantástica, con la emoción elevada a la máxima expresión y con la renovación de una pasión que nació hace 100 años en un pequeño salón de la Biblioteca Vélez Sársfield, en barrio General Paz, y que en la madrugada del sábado ratificó su vigencia con 60 mil almas en un repleto Mario Kempes, que volvió a teñirse de azul y blanco.

El desfile emocional no tuvo pausas. Comenzó con las viejas glorias, que se animaron a desafiar la lluvia y los años de un impiadoso almanaque, y continuó con las 100 peñas del club que pasearon su incondicional apoyo llegando desde varios puntos del planeta. Hubo representaciones de Australia, Nueva Zelanda, Brasil, España, Islas Malvinas y hasta del Vaticano.

También hubo espacio para las promesas, quienes serán los encargados de que la llama que encendieron un grupo de entusiastas ferroviarios encabezados por el inglés Tomás Lawson, allá por 1913, siga encendida en los años venideros.

La reunión tuvo todos los ingredientes de las grandes fiestas y hasta los imponderables de siempre, como cuando en el arranque de la celebración la lluvia amagó con sumarse a las pálidas ya sufridas en la previa, cuando hubo que reprogramar todo a un horario insólito por reglamentaciones de la Fifa. Pero estaba escrito que nada iba a poder frenar a una hinchada con ganas de celebrar.

Video de la cuenta regresiva (canal de Youtube de Tomas Janz):

La nostalgia, obviamente, tuvo su lugar destacado y estuvo presente más allá del partido de veteranos. Cerca de la medianoche, y cuando ya empezaba la cuenta regresiva, la dirigencia distinguió a más de un centenar de exjugadores. Pero esta vez no agotó el reconocimiento en las grandes figuras. Al centro de la cancha la poblaron los ilustres y también aquellos que aportaron su granito de arena aunque sea mínimo. Así pudo verse a Diego Garay, José Zelaya, Daniel Willington y Federico Lussenhoff –los más ovacionados– mezclarse con otros sin gran cartel. Hasta “el Pato” Gasparini, de breve paso por el club, tuvo su distinción y hasta se ganó muchos aplausos.

Después de un impactante show de fuegos artificiales, llegó el plato de fondo, aunque a esa altura de la noche, las 0.10 de hoy sábado, ya tenía sabor a gula. La fiesta siguió en las tribunas, con algunas alusiones al rival de siempre, Belgrano, y anticipando un canto que, en el año del centenario, quiere comenzar a despedirse: el “volveremos, volveremos otra vez”.

Sorpresas que no pudieron ser


Todo estaba previsto para que "el Flaco" apareciera por sorpresa en el Kempes. Pero el Paris Saint Germain lo convocó de urgencia, y se tuvo que volver a Francia.

Entre el fárrago de actos, actividades y festejos que se habían previsto y tuvieron lugar el viernes por la noche en el estadio Kempes, durante la gran fiesta del centenario de Talleres, también se habían previsto un par de sorpresas que finalmente no se concretaron; aunque, claro, no opacaron una noche inolvidable.

La comisión organizadora del centenario se habla contactado con Javier Pastore, el talentoso volante formado en el semillero albiazul y figura del Paris Saint Germain, para que se hiciera presente en el estadio.

“El Flaco”, según se informó desde la dirigencia de la “T”, estuvo el miércoles en Córdoba de visita con la intención de quedarse anoche y todo el fin de semana largo en nuestra ciudad debido a que, en principio, el equipo francés no tendría que jugar mañana.

Pero Pastore fue anoticiado de que debía regresar a Europa porque el PSG finalmente debía atender un compromiso oficial. Así, “Javi” se quedó sin poder presenciar una fiesta de la que deseaba participar, según lo hizo saber por las redes sociales en los días previos al festejo de anoche.

Tampoco el Memo. Otro jugador que la comisión tenía previsto tener en la celebración de ayer era Iván Borghello, el exdelantero albiazul autor de aquel gol del silencio en un clásico frente a Belgrano que todos los hinchas “matadores” tienen fresco en el recuerdo.

Pero “el Memo” tampoco pudo venir y, el festejo del centenario, se quedó sin un par de sorpresas que hubieran engalanado aún más la gran fiesta que se vivió anoche en el Kempes.

Silbatina para dos. Fue una noche cargada de emoción, reconocimiento y ovaciones. Las únicas manchas las aportaron las presencias de los políticos. Cuando fueron presentados para el intercambio de presentes Ramón Mestre, intendente de Córdoba, y José Manuel de la Sota, gobernador de la provincia, fueron estruendosas las silbatinas.

Mestre estaba presente y por De la Sota lo recibió Jorge Lawson, Ministro de Industria y nieto del fundador del club albiazul. Luego Lawson recibió una plaqueta en honor a su familia.