El juez dirigió el encuentro entre Juventud Universitaria y Talleres de Córdoba. “Tuve mucho miedo”, dijo.

De la cancha al hospital. Fue lo que le pasó a Miguel Mazón, árbitro del partido entre Juventud Universitaria de San Luis y Talleres de Córdoba, por la 6ª fecha del Endecagonal del Argentino A, torneo que otorga un ascenso directo a la B Nacional. Según el propio juez, fue agredido y amenazado por la policía local, luego de un polémico arbitraje que le dio un penal dudoso a la T.

Mazón recibió una trompada en el ojo izquierdo y fue amenazado. “Miguel Ubieta, el jefe policial, comenzó a insultarnos. En ese momento se sumó Cuello, encargado de seguridad. Nos tiraron candados desde la tribuna. Los policías nos encerraron, apretaron e insultaron”, dijo.

Sobre el agresor dijo que “era un hombre de contextura física grande, con la cabeza rapada y una remera blanca. Del golpe me tiró al piso, no paraba de sangrar. Por suerte mis asistentes me ayudaron, y apareció el veedor, Alberto Sarfson. Si no era por él, no salíamos de ahí. Tuve mucho miedo”.

Mazón fue trasladado al hospital, en donde le realizaron estudios (no sufrió fracturas), y en la mañana visitó a una cirujana que le aclaró que, por la zona, no se podía suturar la herida, sino que debía cicatrizar sola. Más allá del pésimo momento vivido, el árbitro, que ya radicó la denuncia en la Fiscalía N° 2 de San Luis, piensa en positivo y hasta se toma el hecho con algo de humor “parece que fui sparring de Maravilla Martínez”, le dijo a Olé.

Mazón dirigió cuatro veces a Talleres de Córdoba, y en todas cobró un penal a favor de la T.