Villarreal ya tiene el campeonato de la B Nacional ’98 con pasaje a Primera División con Talleres, y ahora va por el retorno a la gloria. “Nosotros salimos a ganar y tomamos riesgos”, comentó sobre su labor desgastante en el mediocampo.

Aquella vuelta olímpica en el ese entonces “Estadio Córdoba” repleto, después de que el “Lute” Oste sentenciara desde los 12 pasos el ascenso a Primera División, nada menos que ante el archirrival de toda la vida, Belgrano, hoy parece una historia de cuentos, recitada por juglares con imágenes en blanco y negro. Por eso vino a recuperar la gloria, y darle festejos a todo barrio Jardín. Talleres transita por las sinuosas curvas del Argentino A, y Javier Villarreal, a sus 33 años, resignó dinero para volver. Con la necesidad de volver a codearse con la gloria, y de devolver al albiazul a los primeros planos, el capitán y referente del plantel de Talleres asume que lo más complicado está por venir. “Es raro empezar a entrenar en medio de las fiestas, pero nuestra meta es clara. Tenemos que entrar rápidamente en sintonía si queremos lograr el ascenso, es parte del proceso”, le dijo LA MAÑANA, el día del regreso a los entrenamientos de pretemporada.

- ¿Pudiste despejarte un poco?
- Sinceramente, no, la mente uno la tiene ocupada en lo que pasó y en todo lo que tiene que venir. No podemos dormirnos ni confiarnos nunca. Sabemos que lo más difícil no llegó aún. Es para marzo o abril y tenemos que estar preparado.

- ¿Te imaginabas que iba a ser tan duro?
- Me habían comentado pero la verdad, lo que más me sorprende es la paridad. Estamos todos parejos, cualquiera le gana a cualquiera, Ningún equipo está por debajo de nadie. Y a Talleres todos nos quieren ganar. Tuvimos altibajos pero con buenas perspectivas, estamos clasificando y preparando lo que viene.

- De los silbidos ante Alumni, pasaste a cosechar aplausos...
- Es parte del fútbol, eso nunca me obnubiló. Los aplausos van a estar mientras ganemos, pero si no ascendemos, volverán los silbidos. Por eso necesitamos estar mentalizados. Lo que viene es largo, falta mucho por delante. Vamos recién por la mitad del torneo.

- ¿Te sentís más cómodo de doble cinco, o solo en el medio?
- Es una cuestión táctica, el DT (Arnaldo Sialle) es claro en ese sentido. Talleres necesita siempre ir a atacar. Y para atacar, hay que arriesgar. Lo importante es lograr equilibrio, solidez en defensa y el medio. Es la base de todo. Hay que animarse a tomar riesgos, y lo estamos haciendo. Algunos partidos lo sufrimos, pero es parte de nuestra intención de juego. Yo me adapto solo al medio, o con un doble cinco, no tengo inconvenientes.Atención, concentración. Uno de los puntos bajos de Talleres en la temporada, fue la necesidad de recibir un golpe para obligarse a reaccionar. Ese tema también fue tocado en la charla con Villarreal: “Tenemos que estar más concentrados. Recibimos goles de manera temprana, nuestro mérito después fue saber reponernos, pero debemos reaccionar antes de que nos conviertan. Para eso, necesitamos estar más mentalizados, porque no siempre se nos van a dar las heroicas”, concluyó Villarreal, con autocrítica.

- ¿Han hablado de ese tema?
- Claro, no tenemos que sufrir tanto para ganar. Nos anotaron muchas veces más por errores nuestros que méritos del rival. Tenemos que empezar con la misma actitud, como hicimos en Salta. Le metimos cuatro goles al puntero, en su casa, con una gran actitud de juego.

- Empieza lo más duro...
- No es que quiera echarle la mochila a alguien, pero lo más difícil viene ahora. Son instancias definitorias, no siempre uno se siente cómodo ante la presión y la impaciencia, pero debemos estar preparados de la cabeza para el futuro inmediato.

- Ya tenés un ascenso con Talleres, ¿Vas por el segundo ascenso?
- Y claro, la realidad no puede negarse, a Talleres solo le sirve ascender. Estamos obligados. Esto no nos tiene que pesar para lograr el objetivo.

- En Navidad hubo un brindis y un deseo, ¿El ascenso?
- Le pedí a Dios buena suerte para afrontar lo que resta del camino. Queda mucho trecho por recorrer, pero dependemos de nosotros.