Sialle e integrantes del plantel de Talleres se acercaron al Refugio Cáritas, donde duermen 40 personas por día sin hogar y en busca de alimentos, y prepararon la cena: “pizza para todos”. Con poco, se puede ayudar mucho.

“Me hice 3.500 kilómetros a dedo desde Río Grande, en Tierra del Fuego, porque me quedé sin laburo. Dormí tres noches en la terminal. Y ahora que vengo al refugio, me entero de que están los jugadores del Talleres de mi vida. Estoy emocionado, la verdad, una inmensa alegría. Si lo veía al “Hacha” Ludueña, me moría de emoción”. Ése es el relato de Guillermo Marín, de 43 años, quien como muchos otros, acuden al Refugio Cáritas, en busca de una contención, una cama, un plato de comida y hasta abrigo. Empleado de la construcción, junto a su mujer Norma Acosta, “hincha de Belgrano pero muy contenta con lo que hizo Talleres acá con nosotros”, disfrutaron de la visita de gran parte del plantel albiazul.

El DT Arnaldo Sialle también dijo presente, encabezando el costado solidario del club, junto a ocho futbolistas del plantel: Albano Becica, Elías Bazzi, Nahuel Santos, Fabio Álvarez, Nery Leyes, Esteban Daneri, Jesús Nievas, Maximiliano Velasco y Gonzalo Klusener. La visita causó revolución en el lugar. Y mucho más cuando metieron manos en la cocina y prepararon la pizza para la cena de todos los que pernoctaron anoche en el albergue.

La iniciativa nació de Delia Varela, coordinadora del hogar, y encontró rápida respuesta del Departamento de Acción Social de la institución. Pero sobre todo, contó con la predisposición de los jugadores, que dejaron de lado sus actividades para brindar su colaboración. Hubo cargadas a los que nunca “tocaron” un horno, canciones y guitarreadas, firma de autógrafos, y la donación de una camiseta oficial autografiada, firmada por todo el plantel. El corazón va mucho más allá del fútbol, colaborar también es una pasión y Talleres fue ejemplo de esa acción.