Sinsabor. Tras el empate 0-0 ante Crucero, hinchas despidieron al equipo con insultos. El equipo le dio la espalda a la popu y saludó sólo a la platea. Desazón en un plantel que dejó todo.

No hay con qué darle. Cómo te pegan Talleres. Cómo te matan Talleres. Cómo te liquidan una y otra vez. Y cuando estás muertito les golpeás la tapa del cajón y las viudas que se te ríen, quedan ahí, regulando, preguntándose si sos ese fantasma que muchos ven; el alma en pena que te desean en cada temporada o apenas el legendario villano al que no pueden matar nunca. Es el inconsciente de la masa popular. La que te sigue, no te sigue; te ama, te odia; te aplaude o te insulta. Y está el colectivo imaginario que quiere convencerse de que la grandeza está en tu pasado solamente. Y no, tu grandeza es poner la cara en las más duras, como esta, cuando las papas queman y queman. En tener a varios tipos que se bancan el traje carnavalesco del que se te burlan. Porque para algunos hacés reír. Para otros hacés llorar. Y ver si volvés al féretro o si al final zafás.

Pero Talleres, esos que escriben los últimos versos más tristes de tus noches, apenas son las víctimas comunes de esa locura histeria del fútbol, porque siendo un eximio Matador en una semana, a la otra ya sos una especie de peluche inmóvil sentado en el rincón del living oscuro de la frustración. Mirá vos, el pibe ése, y el otro, y aquel otro que te insulta, mirá aquel otro que no para de putearte. ¿No son los mismos que te comían a besos tras la clasificación ante Racing días atrás?

¿Por qué tanta locura y tanta ingratitud? Jugaste feo Talleres. Está bien. No hiciste bien los deberes. Pero estamos de acuerdo, no era para tanto. Porque acá el ente regulador de la pelota es esa ambivalencia. “Yo no insulté a los jugadores. Pone que yo no insulto a los jugadores”, decía Juanca uno de los plateístas fijos en la tribuna. Parece que el amor y el odio se mezclan en esa licuadora que es el Kempes cada vez. Tanta inconsciencia. La masa empuja: “Jugadores, la concha de su madre, ustedes pongan huevo...”.

Del mal juego a los insultos. Talleres jugaste mal ante Crucero ayer. Pero se nota que hiciste lo que pudiste, como te sale, a los tumbos. El empate 0-0 fue frustrante. Y lo mismo de siempre. ¿Serán los mismos que te tiraron las jeringas diciendo que te faltaba sangre? ¿Serán los mismos que ayer te corearon feo al final? Y por eso el plantel se fue dando la espalda. Y al dejar el campo aplaudir sólo a la platea, ninguneando a ese grupo de la Willington. “Nosotros no somos los culpables de jugar lo que estamos jugando. Yo entiendo a la gente, a todos, pero no pueden decir que no pusimos”, dijo cara a cara el capitán Juan Pablo Rezzónico, molesto, apesadumbrado por la injusticia de varios insultos, pero consciente de que esto se revierte jugando mejor y ganando. “El primer horrible soy yo, pero este equipo deja todo”, reafirmó el referente del equipo. Y le siguió el Sacha Sebastián Sáez: “Lo de la gente, antes lo entendía pero lo de hoy (por ayer) no. Dejamos todo, no salieron las cosas y es un poco ingrato escuchar algunos insultos”.

Suena a ingratitud. Como si poco es lo que hubieras hecho Talleres en todo este torneo. Hubo errores y aciertos. Hubo de todo, como puede pasar siempre, a los ponchazos, con contundencia o raspando. Pero está claro que pasaste las peores tormentas. Comerte garrones, festejar con los dientes apretados y volver a remar porque ni tiempo para festejar había. Como tras el pase ante Racing, cuando terminaste de pie, reaccionando y haciendo feliz a todo el pueblo albiazul. Pero ayer, otra vez, como si nada de lo lindo te hubiera quedado entre tus trapos.

“A veces, cuando ganás te aplauden, cuando perdés te putean y, cuando empatás como hoy, pasan estas cosas”, completó Sáez.

El colectivo del hincha hace de su seña particular la inconsciencia, eso que después se convierte en injusticia y que, como cada semana, en el bendito y hermoso mundo del fútbol, lo feo puede volver a ser hermoso. Y los insultos vuelven a ser elogios. Esta es tu vida Talleres y se vive como se puede. Dale andá, levantate.

Vuelven mañana y el sábado, vía aérea


Ya está armada la semana para Talleres. Se sabe que lo único que queda es ganar. En el análisis prematuro la frase tras el empate de ayer es: “Estamos a un gol de pasar a la final”. Y nada es descabellado. Talleres y Crucero del Norte jugaron cuatro partidos este año. Y fueron tres 1-1 y el 0-0 de ayer. Queda embarcarse en una nueva aventura camino a la pelea por la promo de la B Nacional. La llave entre la T y el equipo de Misiones se completará con la definición entre Santamarina y Sportivo Belgrano (juegan mañana a las 20.30 la ida de la llave en Tandil y el domingo el partido de vuelta en San Francisco).

El plantel tiene que afrontar días en los que el técnico deberá rearmar parte de la estructura. Regresará al equipo el defensor Walter Ledesma que lo haría en el lateral izquierdo. Mientras, quedan dudas en la recuperación de Nicolás Romat que se retiró con un fuerte traumatismo de tobillo. Y más aún, Sialle deberá suplantar a Emiliano Gianunzio que alcanzó las cinco tarjetas amarillas.

El plantel tendrá día libre hoy y retornará al trabajo mañana por la mañana. Luego de ello se coordinará el viaje a Misiones (aún no está establecido de si habrá acceso para el público visitante) para que el plantel viaje recién el sábado a la mañana vía aérea a Misiones.Nada está cerrado en la llave de semifinales. Todos saben que las posibilidades están intactas y se buscará ahora la tranquilidad necesaria para partir de la mejor manera.