Venció a Juventud Antoniana y quedó a un triunfo de la clasificación. Con goles de Riaño (2) y Sáez, el equipo de barrio Jardín superó 3-1 al Santo en el Padre Martearena de Salta. Si el viernes le gana a Tiro Federal, peleará por el campeonato.

“A Talleres siempre vamos a tener que venir a verlo con un cardiólogo”. La frase de Rodrigo Escribano, el presidente del Fondo de Inversión de Talleres, al término del sufrido triunfo 3-2 que el equipo albiazul logró ante Juventud Antoniana de Salta y que le permite depender de sí mismo para clasificar a la Segunda Fase del Torneo Argentino A, pintó de cuerpo entero lo que sufrió la “T”, y su hinchada, anoche en el estadio Padre Martearena.

Parece que Talleres lleva tatuado el sufrimiento en la piel. Tuvo el partido para ganarlo cómodamente cuando se puso 3-1 arriba y apenas faltaba jugarse un cuarto de hora, pero como siempre el equipo de Sialle cayó en ese cono de incertidumbre que le permitió al Santo descontar y ponerse “ahí” del empate, cuando en el descuento Hechalar erró su remate con Requena vencido y todo el arco albiazul a su disposición.

Pero ahora, con el resultado puesto y con el equipo a tres puntos de pasar a la anhelada instancia decisiva, a qué hincha de Talleres puede importarle eso. Hoy, el mundo albiazul despertará con una alegría, con el alma renovada de bríos y alimentando una ilusión que se perfila más nítida y factible.

Hay vida y esperanza. Con todas sus irregularidades, sus picos de euforia y sus depresiones futbolísticas, Talleres llegó al norte del país con el pulmotor conectado y la intención de seguir con vida. Lo logró. Y no sólo salió de terapia intensiva, sino que ahora está a punto de ser dado de alta.

Se le dio el combo completo: ganó su partido y los resultados ajenos lo ayudaron. Pero, además, logró algo muy significativo: salir del bajón que sufrió tras la derrota en el clásico ante Racing, cuando todo parecía derrumbarse. Con temple, coraje y fortaleza anímica, le ganó primero a Central Córdoba en el Kempes y anoche hizo lo propio ante Juventud Antoniana en el mundialista salteño, un reducto muy difícil pero que últimamente le trae buena suerte.

No es poco, y su gente –que anoche protagonizó otra conmovedora muestra de apoyo– ya siente que la clasificación está a la vuelta de la esquina. Se hará realidad con un triunfo ante Tiro Federal de Rosario, el próximo viernes en el Chateau. Claro que, tratándose de Talleres, el futuro siempre es impredecible. Anoche ganó de visitante, por tercera vez con Sialle, pero debe mejorar la cosecha de local. Si salda esa deuda, el undecagonal será una realidad.