Hugo Bertinetti, por su función de tesorero y conocimiento en el rubro por su trabajo personal, en muchas oportunidades, tuvo que interceder para evitar desfasajes financieros, en la gestión del presidente Carlos Dossetti, con contrataciones onerosas, imposibles de sobrellevar con un presupuesto acorde a Talleres, y con pedidos de préstamos a las más altas, casi impagables, tasas de interés. Esa fue una de las tantas causantes que derivaron la quiebra del club. Bertinetti recuerda una de sus acciones que le permitieron “apagar un incendio”. “Con dos millones de pesos, evité embargos y una quiebra inminente. Con el dinero que cobramos por la participación en las Copas Internacionales, pude frenarlo, incluso pagando los premios de clasificación.

Teníamos acreencias inmediatas por resolver por 7 y 8 millones de pesos, pero me senté a negociar y con la plata que teníamos a mano, logré cancelarlos. Eso fue un triunfo para mí, y para Talleres también”, se vanaglorió Bertinetti de su espontáneo “concurso preventivo” que llevó a cabo. “Algo está pasando en los clubes. El 47 por ciento de los equipos está en quiebra o concurso. Nosotros queremos cambiar ese modelo y para eso estamos trabajando”, agregó.